25.000 barriles de petróleo es la cantidad derramada en los ríos y la vegetación de varios sectores de la provincia de Esmeraldas, y las secuelas aún afectan a miles de personas. Ante esta problemática, el 31% de personas han huido de sus hogares. Han optado por situarse temporalmente en refugios, hogares de familiares, etc. Así lo demuestra en datos y afectaciones el Informe de Situación y Plan de Respuesta de UNICEF Ecuador N.° 1.
Son 113.000 personas afectadas, según el informe; de esa cifra, 44.000 representa a niños y mujeres, mientras que 57.000 a mujeres, quienes han recibido mayor impacto por la “huella negra” del petróleo: enfermedades, infecciones, agua contaminada, alimentos
Los ríos y mares de la provincia de Esmeraldas se mancharon de “negro” luego del derrame de 25 116 barriles de petróleo que desató una de las mayores catástrofes ambientales en el Ecuador, respecto a las últimas décadas.
Al menos 500 000 personas son las afectadas por este hecho, pues no tienen la accesibilidad a agua potable. Y, aunque Petroecuador continúa con los trabajos de limpieza en los espacios afectados, muchos lugares están “acabados”, Vicko Villacís, alcalde de la capital provincial homónima, dijo en sus redes sociales que se están provocando “daños ecológicos sin precedentes”.
Fue el 13 de febrero, cuando se advirtió de una ruptura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), en el cantón Quinindé, y, desde ese entonces, han pasado 13 días, y el crudo contaminó el río Esmeraldas, del que los cantones Río Verde, Atacames y Esmeraldas se abastecían de agua para potabilizarla.