La vicepresidenta Verónica Abad tenía hasta la medianoche del viernes 27 de diciembre de 2024 para instalarse en Turquía, pero no lo hizo, incumpliendo la disposición hecha por el presidente Daniel Noboa, cuando se le levantó la suspensión del cargo. Esta acción deja un nuevo precedente en el gobierno ecuatoriano que, como se dice popularmente “a tontas y a locas”, busca evitar que la la segunda autoridad asuma su cargo, en el caso de que haya un pedido de licencia. Mientras el Ecuador es testigo de una pelea de egos, por parte de las dos principales autoridades del país, en un conflicto que demuestra inmadurez política; los ecuatorianos seguimos preguntándonos si tendremos luz en enero, si habrá justicia en el caso de los menores de Las Malvinas, si se podrá acceder a la salud en el 2025 o si se respetará la Constitución, para las próximas elecciones. Abad y Noboa nos acostumbraron a seguir un show que no deja beneficios.