Culpar a los gobiernos anteriores nunca ha sido una solución, pero sí se ha convertido en el pretexto favorito de la última década para justificar la ignorancia, incompetencia y desconocimiento de una realidad que ha sobrepasado a los gobernantes. Decisiones improvisadas, manejo político de crisis y falta de atención a las prioridades han llevado al Ecuador a un estancamiento que algunos ya llaman “la década perdida”. Ahora, el actual Gobierno pide comprensión y colaboración, asegurando que es momento de “echar una mano” para salir de la crisis. Sin embargo, el ciudadano común se pregunta: ¿Quién le extiende una mano a él ante la grave situación económica provocada por los apagones de las últimas semanas? Muchos emprendedores y pequeños comerciantes, que se han endeudado para sacar adelante sus negocios, ahora enfrentan pérdidas que no saben cómo cubrir. En este contexto, surge la pregunta: ¿Y ahora las deudas?