Gareth Bale, uno de los grandes jugadores de la historia del fútbol, debutó, a los 33 años, con gol, en su primer Mundial, el de Qatar 2022. Un tanto que sólo le sirvió, no obstante, para que Galés empatase (1-1) con Estados Unidos, que dominó la primera mitad y acabó dominado por los británicos en la segunda parte de un partido entretenido.
Bale, que tras abandonar el Real Madrid, acaba de ganar la Major League Soccer (MLS), la liga profesional norteamericana, con el Los Ángeles FC -para mayor alegría del mítico Magic Johnson, leyenda de la NBA y uno de los propietarios del mismo- marcó de penalti en el minuto 82 e igualó de esa manera el tanto estadounidense que había logrado a falta de diez minutos para el descanso Tim Weah, el hijo de George Weah, que ganó para Liberia el Balón de Oro de 1985.
Llevaba 64 años Gales sin participar en un Mundial, desde el de 1958, en Suecia; y este lunes se estrenó, en su segunda comparecencia, la primera del ‘expreso de Cardiff’ -ganador de cinco Ligas de Campeones con el Real Madrid-, con un empate ante los Estados Unidos. Con los que pasa a ocupar el segundo puesto del grupo B, que lidera Inglaterra; tras arrasar horas antes (6-2) a Irán.
No pocos aficionados se sorprenderían al descubrir que Estados Unidos, donde el ‘soccer’ está dando el definitivo acelerón a un proyecto que se ideó en los 70 -con el Cosmos de Pelé y Beckenbauer- y que empezó a cobrar forma a principios de siglo, no sólo jugó las semifinales, sino que acabó tercera, en el primer Mundial de la historia, en 1930 y en Uruguay.
Era de aquella un deporte muy popular, jugado mayormente por el entonces muy creciente número de inmigrantes que poblaban el país. Pero llegó la televisión, el béisbol se convirtió en el deporte televisivo y, con ello, en fenómeno de masas. Y el fútbol no tardó en esfumarse en Estados Unidos.
Gregg Berhalter -que jugó hace 20 años el Mundial de Corea y Japón- quiere recuperar aquellas viejas historias, convertir al ‘Team US’ en una potencia del balompié. Le quiere imprimir un espíritu ganador, después de haber estado ausente hace cuatro años, en Rusia; y de haber logrado el pase a Catar tras acabar tercera el octogonal de la CONCACAF. Pero aún tiene trabajo por delante.
Empezó por cambiar al capitán para el debut en Catar. Y fue Tyler Adams (Leeds United), de 23 años, el que lució el brazalete, en vez de un histórico como Christian Pulisic -con 53, el segundo con más internacionalidades de los estadounidenses y que mantiene, no obstante, el estatus del ’10’-, que jugó en la delantera junto a Sargent y a Tim Weah, el hijo del actual presidente de Liberia.
Berhalter, que había declarado que en un buen día su equipo podía ganar a cualquiera, alineó de salida a dos conocidos de la afición española, el exbarcelonista Dest (ahora en el Inter de Milán), en la defensa, en la que formó Zimmerman, único en el once inicial del US Team que juega en la MLS-; y al valencianista Musah, en el centro del campo. Brillantes ambos, el zaguero por la derecha y el mediocampista por la izquierda.
Fueron los norteamericanos los que tomaron la iniciativa, casi siempre por el flanco derecho; y en el noveno minuto ya advirtieron en una doble ocasión: un centro por la derecha de Weah no se convirtió en un autogol de Rodon -que despejó mal- gracias a la buena reacción de Hennesey; antes de que el rechace acabase en los pies de Robinson, que puso el balón desde la izquierda para que el cabezazo de Sargent saliese rozando el poste.
Gales parecía no sentirse incómodo con la iniciativa tomada por parte los norteamericanos, que en prácticamente dos minutos vieron recibieron sendas tarjetas amarillas McKennie y Dest, el primero de ellos en verla y que lo intentó de lejos en el minuto 28.
Pero fue en el minuto 36 cuando se movió por primera vez el marcador, gracias un gran gol en una rápida jugada entre Pulisic y Tim Weah, que recogió el pase al hueco del delantero del Chelsea y sobre la marcha cruzó con el exterior del empeine un balón que dio ventaja a los estadounidenses. El equipo de Rob Page reaccionó tarde y sólo igualó en tarjetas, las que vieron su estrella y Mepham, en los últimos minutos del primer acto.
Page dio entrada a Kieffer Moore por Daniel James y, después de una salida en tromba de los americanos, Gales fue ganando poco a poco posición sobre el terreno de juego hasta hacerse dueña de la segunda parte. Estuvo a punto de empatar en sendos cabezazos seguidos: el primero de Ben Davies, que salvó, en una gran intervención, Hennessey; y acto seguido, de Moore (m.65).
Por momentos, Estados Unidos se vio contra las cuerdas. Así que efectuó un cambio triple. Se fueron Dest, Sargent y Musa y entraron Yedlin -único de su equipo que también jugó el Mundial de Brasil’14 y el que mas partidos cuenta (76)-, Acosta y Wright.
No arregló mucho, porque Gales no desistió en su empeño. Y un claro penalti de Zimmerman sobre Bale lo materializó el astro de Cardiff para, empatar, con contundencia, el partido. Para mayor delirio de los aficionados de su país que poblaban el fondo en el que marcó.
Moore, de un taconazo brillante al hueco, habilitó a Johnson, que pudo haber sentenciado el partido en favor de Gales, pero los galeses se conformaron con festejar con su ídolo, que en su partido 109 con su selección elevó a 42 su número de goles.