La Semana Santa se acerca y las cantoras del grupo “María Magdalena de Azaya” se preparan para este importante acontecimiento religioso. Son nueve mujeres, las que continúan con una tradición que desde hace más de un siglo existe en la mayoría de las comunidades que conforman el Territorio Ancestral: Chota, Salinas, La Concepción y Guallupe.
Las salves son temas que las mujeres o un grupo de personas afrodescendientes cantan especialmente en época de Semana Santa. También cuando un familiar, amigo, vecino o conocido fallece.
“De rodillas Señor, de rodillas; y en el polvo inclinada la frente hoy venimos a ti Dios clemente con amante y con fiel corazón”. Es una de las estrofas de la salve Aquí Estamos Señor, Aquí Estamos.
Al escucharlas cantar las salves, el cuerpo simplemente se estremece, la piel se vuelve de gallina e incluso dan ganas de llorar por lo emotivas que son cada una de las composiciones que las mujeres entonan.
Este tipo de tradición y costumbre se ha ido transmitiendo de generación en generación entre hombres y mujeres afrodescendientes, principalmente de aquellos que habitan en provincias como Carchi e Imbabura, situadas en el norte ecuatoriano.
La migración interna provocó que, en la Capital del país, también exista un grupo de mujeres que continúan con la tradición ancestral de ser cantoras.
Por otro lado, desde hace dos meses, las cantoras se han venido preparando para participar en la misa de las Tres Horas, ceremonia que se celebrará el Viernes Santo en la inglesa principal de la parroquia Guayaquil de Alpachaca, uno de los sectores más populosos de la capital imbabureña.Érika Espinoza, de 25 años, es una de las integrantes más jóvenes del grupo de cantoras “María Magdalena de Azaya.
Ella mencionó que esto es una de las costumbres más hermosas que heredó de sus antepasados, porque es algo que lo hacen con el alma y todas las salves se cantan con el corazón.
“Este es un legado que significa mucho para mi pueblo afroecuatoriano. También es un orgullo seguir con todo esto, ya que no queremos que esta linda tradición se pierda”, añadió la joven cantora.
Doña Lirian Congo es oriunda de la parroquia La Concepción (Mira-Carchi). Ella mencionó que este grupo de cantoras afrodescendientes se formó hace unos 15 años.
El objetivo, explicó doña Lirian es que las próximas generaciones también conozcan este tipo de alabanzas y no dejar que la hermosa costumbre de cantar las salves desaparezca.
Añadió que en el grupo también existe el aporte de un hombre (Freddy Folleco). Sin embargo, el trabajo le impide que no pueda asistir a los repasos con sus compañeras. Además está contenta con que mujeres jóvenes se hayan sumado al grupo de cantoras, ya que esto es una clara muestra de que el legado de ser cantora continuará.