El barrio más tradicional de Ibarra, San Juan Calle, alberga un lugar que se esconde tras un gran portón de la estrecha calle Juan Montalvo que limita con el Río Tahuando, el Cementerio San Fracisco es un ícono ibarreño que a más de ser un lugar donde descansan ilustres personajes ibarreños y demás ciudadanos tiene nichos que reposan dentro de las capillas del panteón y que le invitan al necroturismo que muestra otra perspectiva de la ciudad, a esto se suma unos singulares vigilantes que acompañan el recorrido en este lugar.
Los felinos
Fue en el 2020 cuando un gato apareció entre las tumbas en un ambiente que se mostraba desolado por la pandemia. Fue la compañía que encontró Anibal Valenzuela cuidador del cementerio quien trabaja por más de 10 años en este lugar, él lo acogió y le brindó comida, han pasado más de cuatro años y hoy son 15 los felinos que juegan a esconderse entre los nichos vacíos.
Gratitud
Cada semana Mariana Villacís llega a visitar la tumba de su madre quien falleció hace 5 años, “los gatitos me acompañan y yo me encariñé” comenta la maestra ibarreña que en todas sus visitas trae desinteresadamente más de dos libras de alimento para compartir con los felinos que con un poco de temor se acercan a comer, de esta manera con la ayuda los vecinos del sector los gatos pueden vivir en este espacio de tranquilidad en el centro histórico de la capital imbabureña.
Fotos: Rodrigo Ruiz.