Superados los días del paro nacional impulsado por la Federación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), con el apoyo de sus bases y entes externos, los propietarios de locales comerciales volvieron a la actividad en Otavalo, cantón en donde los manifestantes no les permitieron abrir sus puertas al público mientras duró la medida de hecho, con el argumento de que todos debían sumarse a la lucha social contra el Gobierno Nacional.
Es así que, exactamente 18 días los negocios estuvieron impedidos de trabajar, lo cual habría provocado grandes pérdidas económicas, más aún en una época en la que todos luchan por reactivarse monetariamente, luego de lo que significó la pandemia mundial por el Covid 19, que azotó al mundo entero.
En este marco, Adrián Núñez, presidente de la Asociación de pequeños comerciantes del Mercado Centenario, más conocido como la Plaza de Ponchos, manifestó que una hubo gran afectación en temas de turismo principalmente, que es el ámbito de acción de la gran mayoría de vendedores de este centro de expendio artesanal.
“En lo personal trabajo con una empresa de turismo denominada Tour Líder. Teníamos reservaciones de 30 a 40 personas diarias, pero suspendieron. Todo estaba a full desde el 15 de junio. El 99% de ellos eran extranjeros, entre canadienses, norteamericanos y europeos; pero perdimos”, comentó.
Este tropiezo supuso una pérdida de entre USD 3.000 a USD 4.000, para Núñez.
Recorriendo la zona comercial del “Valle del Amanecer” pudimos conocer también la historia de Enrique Janampa, ciudadano originario de Perú, quien lleva radicado en suelo “Sarance” por unos 25 años aproximadamente.
El extranjero, quien comercializa artículos para bebés, expresó que uno de los principales problemas que tienen hoy por hoy es que las entidades financieras no han tenido la intención de ayudar a sus socios otorgándoles facilidades para poder cumplir con los pagos pendientes de préstamos.
Por su parte, en cuanto al arriendo del local donde funciona su negocio, contó que por fortuna sí le tocó un propietario consciente, que le hará un descuento por los días en que no estuvo operativo, algo que no ha sido así para otros vendedores, quienes lastimosamente deberán pagar la totalidad del inquilinato.
“Por lo bajo he perdido unos USD 1.500 durante el paro. Recuperar eso es imposible. Hay que seguir trabajando nomás. Lo malo de todo esto es que los comerciantes siempre somos los más afectados, porque vivimos del día a día. No tenemos ayuda de las autoridades”, señaló.
Acerca del criterio de los comerciantes al respecto de las movilizaciones nacionales, se pudieron palpar criterios divididos. Unos opinan que los manifestantes estaban en todo su derecho de luchar por lo que ellos creían justo, sin embargo, el irrespetar el derecho al trabajo de los demás ciudadanos sí sería algo reprochable.
“Creo que los comerciantes perdimos mucho más de lo que pudimos haber ganado con el paro, porque ya venimos de paros anteriores, de la pandemia mismo. Estamos sobreviviendo prácticamente. Por el momento ya no aspiramos a cumplir las metas que teníamos. Sólo estamos manteniendo el trabajo nada más”, declaró Janampa.
Núñez por su lado, sostuvo que no está de acuerdo con la paralización, al igual que varios de sus homólogos de la Plaza de Ponchos.
“Algunos debían pagar de USD 20 a USD 60 diarios si no concurrían al paro. La mayoría no quería porque dependemos directamente del turismo y tenemos que trabajar. En lo personal estoy en desacuerdo incluso con los subsidios. Pienso que la gente debe saber ganarse su dinero”, sentenció.