Con nostalgia, varios ciudadanos otavaleños han notado como el histórico complejo recreativo “Las Lagartijas”, ubicado en la vía a Quichinche, yace en el abandono hoy en día, sin que las autoridades de turno se inmuten ante ello.
Las miles de anécdotas forjadas en este espacio público viven ya solamente en los corazones de las diferentes generaciones de ciudadanos, quienes acudían entre amigos y familiares para disfrutar momentos de sano esparcimiento.
“En nuestra juventud era muy habitual que los estudiantes vayamos a esas piscinas. En aquella época había un entorno muy bonito, muy ecológico, pues estaba rodeado de bosque. Hoy con pena con estos enfoques de desarrollismo que vive Otavalo, vemos cómo los árboles fueron talados, para asentar complejos habitacionales, dejando a este espacio en desgracia. Esto sumado al quemeimportismo, inoperancia e incapacidad de gestión de las autoridades, mantienen a Las Lagartijas en ruinas”, opinó Germánico Guevara, ciudadano local.
Cabe señalar que este sitio no era frecuentado exclusivamente por personas en busca de diversión, también acudían deportistas de la disciplina de natación, a entrenar a diario, con miras a encarar las distintas competencias que tenían en frente, como el cruce al Lago San Pablo por ejemplo.
En este sentido, Yolanda Ubidia era una de ellas. La dama otavaleña que hoy por hoy tiene 76 años de edad, rememoró aquellos días en que “Las Lagartijas” eran su segundo hogar.
“Como muchas personas, ahí aprendí a nadar. Con el tiempo empecé a entrenar para competir. Tenía que darme por lo menos unos 100 largos para más o menos decir que he entrenado (risas). Desde los 14 años iba a diario”, expresó.
En relación al estado actual del complejo, Ubidia criticó a los administradores del recurso público, argumentando que deberían hacer un listado de prioridades para trabajar.
“Sólo piensan en hacer algo nuevo, no en recuperar los patrimonios que ya tenemos, que incluso pueden aportar en el ámbito turístico, como este caso”, dijo.
EL NORTE hizo presencia en el sitio para constatar su estado, observando desde un inicio mismo las deplorables condiciones en las que se encuentra.
La piscina principal tiene encharcada agua, que seguramente estará desde hace meses, pues su coloración es verdosa amarillenta, con trozos de materia sólida y basura. Asimismo, el césped que rodea al complejo está totalmente crecido, como si la naturaleza estuviera tragándolo. Más adelante, se pudo visualizar que la otra piscina tiene maleza en su interior, lo que denota un abandono prolongado.
Por otra parte, los vestidores lucen muy deteriorados, no aptos para el uso público. En su parte externa, en cambio, hay agua empozada, que al parecer habría brotado desde el piso. Todo esto, entre otras cosas.
Este rotativo solicitó una entrevista con el Municipio, pero no fue aceptada. Sólo se informó que no están contemplados trabajos de recuperación allí.