Como un cáncer que, mientras se propaga, debilita, enferma y, cuando llega a su clímax, es mortal; así se ha arraigado la crisis de violencia que pone a tambalear a Ecuador y que ha impactado gravemente a la educación. Entre balaceras, vacunas extorsivas y pérdidas de vidas, los estudiantes tuvieron que seguir en clases presenciales, y, estos factores podrían generar consecuencias en los niveles de aprendizaje y desarrollo.
“La ola de crisis que se vive en Ecuador afecta a todas las personas en general. Para nuestros estudiantes, de las distintas instituciones educativas, obstaculiza el acceso a una educación de calidad. Vivir con miedo, ante los sucesos violentos, en su entorno impide que el estudiante pueda concentrarse y aprender en el aula”, aclaró Josué Guamán, licenciado en Física Matemática.
Presencial y virtual
“En medio de la guerra” las unidades educativas de Ecuador siguen en funcionamiento, con el peligro de exponerse ante la violencia. Pues a nivel nacional la escolaridad es alta. La tasa neta de asistencia a la educación secundaria es del 87%, según los datos presentados por Quito Cómo Vamos.
Por otro lado, en el marco de la declaración del conflicto armado, el Gobierno dispuso suspender las clases presenciales el 9 de enero de 2024. Por 10 días los estudiantes, docentes y autoridades de las instituciones académicas emplearon la virtualidad, sin embargo, ciertos estudiantes no tenían acceso a internet, una computadora o celular, entre otros. Por ejemplo, en 2020 en Ecuador, apenas 2 de cada 10 estudiantes tenían acceso a un aparato tecnológico.
“La virtualidad nos permitió a muchos docentes encontrar maneras diferentes de enseñar,(…). Sin embargo, existen varios aspectos que hacen que la educación virtual no sea viable al 100%, por ejemplo no todo tienen acceso a los dispositivos tecnológicos y otros mucho menos a internet; pueden existir problemáticas dentro del entorno familia que afecten a la concentración del estudiante en las clases, etc.”, enfatizó Guamán.
Según el Ministerio de Educación, mientras se cumplía la jornada académica virtual existieron amenazas, pues entre el 9 y 15 de enero de 2024 se reportó 36 casos de intimidación. Los estudiantes y maestros denunciaron que varias personas encapuchadas entraron a las videollamadas.