Un teléfono celular, con información sobre los movimientos que realizaba el policía Holger Chérez, sería clave para descifrar el motivo de su asesinato. El cabo segundo, que laboraba en la Policía Judicial de Esmeraldas, murió la noche del pasado jueves, tras ser abaleado por sujetos que irrumpieron en su domicilio, ubicado en el conjunto habitacional El Coral, en el sur de la ciudad de Esmeraldas.
Una mujer vigilaba los pasos del uniformado
La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas realizaron allanamientos el último fin de semana. En uno de ellos se aprehendió a María G., quién, se cree, proporcionaba, a través de su teléfono, detalles sobre las actividades que realizaba el agente. Esos datos habrían sido usados para planificar el atentado contra el policía, que tenía 32 años. Tras el crímen, los delincuentes huyeron del lugar, llevándose la pistola, el teléfono celular y la motocicleta del uniformado. El vehículo fue localizado en la casa de María G., aseguró el coronel Luis Barrionuevo, comandante de la Policía en la Zona 1. También confirmó que en el teléfono de la sospechosa había detalles sobre las actividades de Chérrez, como la hora que llegaba y salía de su casa.
Un mes trágico
Con la muerte de Chérrez, suman cuatro uniformados asesinados este mes. El 10 de octubre también falleció en Santa Elena, Jefferson Rivera. El agente trabajaba en Guayaquil. Viajó a La Libertad, para acompañar a su esposa en el nacimiento de su hijo. Pero, en la noche, fue atacado a bala. Hay dos detenidos por este caso. En Esmeraldas igualmente perdió la vida el policía Jorge Ramírez, de apenas 20 años. Él investigaba casos muertes violentas. El hecho sucedió el 5 de octubre. Dos presuntos sospechosos del ataque están detenidos. A la trágica lista se suma el subteniente del Ejército, Christian Morales. Tenía 25 años. Falleció el 8 de octubre, tras recibir dos balazos, durante un patrullaje nocturno en el poliducto hidrocarburífero de Pascuales-Troncal, en Guayas. Los atacantes lograron escapar.
