Este 22 de marzo, el Día Mundial del Agua nos invita a reflexionar sobre la urgencia de preservar los glaciares, fuentes esenciales de agua dulce para el planeta. La UNESCO y la Organización Meteorológica Mundial advierten que el cambio climático está acelerando su deshielo, poniendo en riesgo el acceso al agua potable, la agricultura y la estabilidad de los ecosistemas.
Los glaciares almacenan cerca del 70% del agua dulce del mundo, regulan el clima y protegen contra desastres naturales. Su desaparición sería catastrófica, pero aún hay esperanza: la cooperación científica y la gestión sostenible pueden frenar este deterioro.
Cada acción cuenta. Reducir la contaminación, consumir el agua con responsabilidad y exigir políticas ambientales más firmes son pasos clave. Preservar los glaciares no es solo proteger un paisaje, sino garantizar la vida y la paz para las futuras generaciones. Actuemos hoy para que el mañana no se congele en la indiferencia.