L a sequía o temporada seca, además de traer incendios con pérdidas incalculables de la biodiversidad, deja también las incómodas suspensiones del servicio de agua potable. En este espacio de tiempo, la necesidad de ahorrar agua se vuelve crucial. La escasez hídrica no solo afecta a las actividades agrícolas, sino también al suministro de agua potable en las ciudades. Cada gota cuenta, y pequeñas acciones diarias pueden marcar la diferencia. Desde cerrar el grifo al cepillarse los dientes hasta reutilizar el agua para el riego de plantas, todos podemos contribuir a mitigar los efectos de la sequía. Además, es imperativo que las autoridades promuevan políticas que incentiven el uso responsable del agua y la inversión en infraestructura para el aprovechamiento eficiente de este recurso vital. La sequía es un recordatorio de que el agua no es un recurso infinito. Si no actuamos ahora, las consecuencias serán irreversibles para el futuro.