La contaminación del río Lita, confirmada por un informe de la Prefectura de Imbabura, evidencia un grave problema socioambiental que afecta a comunidades rurales de Lita, cuya salud y ecosistemas dependen de sus aguas. La presencia de cianuro en el afluente del río Salado, presumiblemente causado por la minería ilegal en Buenos Aires, Urcuquí, pone en riesgo no solo la vida acuática, sino también la seguridad de los habitantes que dependen del agua para sus actividades cotidianas. Este caso subraya la necesidad de una acción rápida y decidida por parte de las autoridades ambientales para evitar un desastre mayor. La creación de una mesa técnica interinstitucional, como sugiere el informe, es un primer paso importante, pero debe ir acompañada de medidas estrictas de control y sanción para evitar la explotación desmedida de los recursos naturales. Proteger el medio ambiente no es una opción, es una urgencia.