El compromiso del trabajo periodístico está en la responsabilidad de escribir con certeza sobre los hechos. Aunque esto parezca sencillo o una frase más, encierra un ejercicio de ética, transparencia y profesionalismo por parte de quien mira la realidad. Salir a las calles, contar historias, refutar, denunciar y sobre todo escuchar la voz de la ciudadanía es parte del día a día del periodista. En este trabajo no se descansa, no se tienen días libres, vacaciones o feriados como la gente normal. Este es un trabajo que construye al redactor como ser humano y que convierte a la redacción en su segunda hogar. La labor, en ocasiones precarizada, requiere ser reconocida y respetada.