Diego Palacios Ocles, más conocido como el protagonista de “Ovo Pepino Ovo”, fue electo como concejal rural del cantón Ibarra. En el país, la mayoría de jóvenes han reído con sus ocurrencias y contenido jocoso, sin embargo, muy pocos saben que detrás de esos videos cómicos, está un preparado político, formador y activista social. Diego dio una entrevista exclusiva a Diario EL NORTE, en donde recordó su niñez, los pasos que dio en su juventud y cómo se ha preparado, para asumir el cargo de edil el próximo mes de mayo.
Sus recuerdos
La comunidad de El Juncal, fue la tierra que vio nacer y que aún acoge a Diego, quien recuerda que su niñez fue compleja, pero muy feliz. “Me acuerdo mucho del tema de las carencias, mi mamá, Tany Jicela Palacios Ocles, fue madre soltera muchísimo tiempo, entonces ella siempre se encargó de la crianza de mis tres hermanos y mía.
En ese tiempo había muchas veces que no se comía tres veces al día, y ojo, que no estoy tratando de hacer la historia para que me tengan pena por esto, solo estoy describiendo como era”, señaló con mucha seriedad.
Con nostalgia recordó que cuando llovía, asegurando que las casas eran de teja y caía el agua en los plásticos y estos plásticos, les caían en la cara. “La parte feliz era en el río y ahí nos olvidábamos de que teníamos hambre. Fue una niñez súper sana, el tema de vicios no era parte de nuestro saber ser”, señaló.
Su preparación
Luego de graduarse como bachiller en Informática, decidió viajar a Quito con el propósito de trabajar y ahorrar para comprar el prospecto y entrar a la Policía Nacional, pero admite que fue muy difícil, porque para ese tiempo el sueldo básico era de 160 dólares y todo se iba en arriendo, comida y pasajes. “Era joven precarizado y quería ayudar a mi mamá soltera precarizada, pero llegó mi abuelo, Luis Rigoberto Suárez Morales, y me dijo deberías irte a la universidad, él era como el ‘abogado’ de la familia, no estudió, pero estaban en otro nivel. No me dijo el cómo, pero me dejó esa ‘espinita’ y fui. Yo quería estudiar Sistemas, pero apareció un primo y su mamá está en EE.UU. y me dijo que ella le va a llevar y él me llevaría a mí, así que vámonos a la universidad a estudiar inglés”, conversó con mucho humor y sinceridad.
Diego vio al inglés como una oportunidad para migrar, pero ya estando en la universidad el viaje se iba poniendo más difícil. “Mi primo terminó saliéndose de la universidad y yéndose a la Policía. Yo decidí seguir, porque sentí que el inglés me iba a dar la oportunidad de alcanzar muchas cosas, y así fue”, relató.
Su paso a la política
“Es un reto nuevo. Es mi primera experiencia política, pero no soy ajeno a este campo, tengo mucho tiempo de activista social y político y ahora hay que hacerlo desde la práctica, ya que antes se lo hizo desde la calle, desde la incidencia, desde el reclamo, ahora veamos que tanto se puede hacer desde dentro, tomando en cuenta que uno es Legislativo, no el Ejecutivo”, dijo.
Contó que aceptó el reto porque el precio de desentenderse de la política, es el ser gobernado por los peores hombres y toda persona tiene esta responsabilidad.
“Yo no tenía planeado estar en política en este tiempo, pero de repente me llego la propuesta, le pensé un rato y dijo okey, aunque no es lo que quiero hacer en este momento, si la propuesta llega es por algo, entonces hay que hacerlo. Tengo mucho tiempo de activista político y social y soy un académico intelectual. Sé por dónde va la cosa, cómo se hace, evalúa y el ciclo de política pública. Lo tomo como algo nuevo por ser mi primera experiencia desde dentro, pero no estoy totalmente ajeno al qué hacer político, he estado más tiempo escribiendo mi tesis, leyendo, estudiando, antes que siendo ‘influencer’ y el paso no necesariamente es de la redes sociales hacia el Municipio, sino más bien de la academia hacia el Municipio. Hay que hacer esta separación y presentarme diferente del chico del Tik Tok o del Facebook”, relató.
En un segunda entrega contaremos su vida como activista, formador de jóvenes y la historia de “Ovo Pepino Ovo”.