A pesar de que una comitiva de líderes barriales y organizacionales del cantón Otavalo lograron obtener una respuesta positiva de la Federación de Pueblos Kichwas de la Sierra Norte Chijallta FICI, en relación a la distribución de gas de uso doméstico, como parte del corredor humanitario autorizado en medio de las movilizaciones nacionales actuales, finalmente la Asociación Otagas decidió en conjunto con la dirigencia indígena no reactivar este servicio.
Según indicó el representante de los repartidores del gas licuado de petróleo en Sarance Visión, Eduardo López, el motivo por el cual se ha tomado esta decisión se basa en que el cantón requiere un estimado de 30.000 cilindros para cubrir la necesidad actual, no obstante, la distribuidora de Ibarra que los abastece sólo ofrecería la cantidad de 1.500 unidades diarias, lo cual demandaría de varios viajes.
En este sentido, el dirigente agregó que no existen las garantías para hacer este recorrido Otavalo – Ibarra todos los días, pues se requieren cuidados espaciales para los cilindros de gas, a fin de que sean trasladados en óptimas condiciones, algo que se dificulta por las actuales condiciones en que está la Panamericana E35.
Asimismo, mencionó que existe el temor de que algún manifestante los agreda, más allá de que cuentan con el permiso de la FICI.
En cuanto al precio del cilindro, en Otavalo se ha comercializado por un valor de USD 3 hace unos 4 años aproximadamente.
Ante especulaciones de que se venderían en USD 2.50 en caso de que se cambie de parecer y se reactive el servicio, López dijo que no es algo factible, pues eso representaría mucha pérdida para los distribuidores.
Son decenas de familias locales las que no cuentan con gas de uso doméstico en estos momentos. Algunos han tenido que comprar las pocas unidades disponibles en el cantón en sumas elevadas, mientras que otros han optado por volver a viejas prácticas humanas, como el uso de leña para preparar sus alimentos.
A todos ellos, la nueva suspensión del servicio les cae como un baldazo de agua fría. Se espera que los encargados revean su decisión para que la distribución se haga realidad de una vez por todas.