Las jornadas de movilizaciones nacionales trajeron días tranquilos y días álgidos en el cantón. Producto de aquello, algunas actividades vitales, como el traslado de pacientes en ambulancias de una ciudad a otra, así como tuvieron las facilidades del caso unas veces, otras no corrieron con tanta suerte.
En este contexto, EL NORTE, pudo conocer de algunas historias que llaman la atención por su nivel de gravedad. Una de ellas, fue protagonizada por pacientes con insuficiencia renal, quienes tenían que trasladarse al menos 3 veces a la semana desde Otavalo a Ibarra, algo que se convirtió en un verdadero calvario.
“Tenemos que viajar martes, jueves y sábado a recibir el tratamiento de hemodiálisis, pero no nos dejaban pasar en los puntos donde estaba cerrada la vía. Los manifestantes pensaban que la enfermedad es mentira, a pesar de que les indicábamos los brazos manchados de sangre”, expresó Alexis Erazo, representante de los pacientes otavaleños.
A fin de que se les permita un normal tránsito en la Panamericana, Erazo hizo un llamado a la conciencia de los líderes comunitarios que estaban instalados junto a sus respectivos pueblos en la E35, pero no eran escuchados.
“Nos agredían verbalmente. Nos pinchaban las llantas, entre otras cosas. Por ello solicitaba a los dirigentes desde Peguche hasta San Antonio, que nos dejen pasar. Contábamos con salvoconductos y certificados médicos, pero igual no nos dejaban. Incluso se reían de nosotros en nuestras caras. Nos llegaron a decir que nos muramos nomás ahí“, recordó con molestia.
Apoyo de Bomberos
Según agregó el entrevistado, para poderse desplazar hacia la “Ciudad Blanca” tuvieron el apoyo del Cuerpo de Bomberos de Otavalo, entidad que puso su ambulancia a disposición de 18 pacientes de los 56 que suman en total.
“Nos llevaban a las 10 de la mañana y llegábamos a Ibarra a las 12:30, luego de haber superado con dificultad los puntos de cierre. Allá recibíamos 4 horas de tratamiento y volvíamos en la noche a Otavalo. Estamos muy agradecidos con el Cuerpo de Bomberos por su gran ayuda”, dijo.
Cabe señalar que los restantes pacientes se trasladaban por sus propios medios. Algunos de ellos optaron por quedarse en Ibarra durante aquellos días, aunque eso suponía fuertes gastos económicos.
De igual manera, nuestro medio de comunicación tuvo acceso a otro caso similar, en el que estuvo involucrada una ambulancia del Distrito de Salud 10D02 Otavalo – Antonio Ante, que viajaba rumbo a Quito, pero que se vio truncada de lograrlo.
“Cuando la complejidad de los pacientes sobrepasa la capacidad de los hospitales de la provincia, tenemos como punto de referencia a la ciudad de Quito, y es ahí en donde surgieron los problemas. Por ejemplo, hace tres días tuvimos dificultades para el traslado de dos pacientes por vía terrestre. Ambos eran menores de edad. El uno presentaba una enfermedad infecto contagiosa y el otro un trauma cráneo encefálico severo. Los dos se dirigían al Hospital Vaca Ortiz, pero se les impidió el paso. Incluso fueron agredidos los vehículos sanitarios, el personal que acudía ahí y los acompañantes de los pacientes. Esto generó malestar y preocupación en los profesionales de la salud y la ciudadanía en general”, señaló Jonathan Rivadeneira, principal de esta cartera de Estado.
Por si fuera poco el tema de la prohibición del paso, los funcionarios públicos habrían sido pintados la cara con ceniza negra, a modo de burla.
“Estos actos vandálicos también fueron en contra de la ambulancia, a la cual grafitearon con mensajes contra el Gobierno Nacional, lo cual afecta a la operatividad del auto”, finalizó el director distrital.