IBARRA.- El sueño se hizo realidad. Los San Juanes, una manifestación intercultural milenaria, tiene su espacio en la ciudad.
El antiguo estadio de El Ejido de Caranqui, donde se conmemora esta fiesta, ahora es un remodelado complejo cultural y deportivo. El Sanjuanódromo, como lo llaman sus bailarines, ya es una realidad.
Para esta obra, el Municipio de Ibarra, realizó una inversión de 593 mil dólares y contempla una cancha de uso múltiple, graderíos, cubierta, iluminación, sala de reuniones, baterías sanitarias, juegos infantiles y cancha de fútbol.
Andrea Scacco, alcaldesa de la ciudad, fue la encargada de inaugurar el moderno escenario, ubicado en El Ejido de Caranqui. Para la mandataria municipal, a perseverancia de los moradores fue clave para la cristalización del escenario.
“Estamos volviendo a recordar nuestros orígenes, nuestra historia, le estamos dando a la gente la posibilidad de volver a construir nuestras tradiciones”, explicó. Para ella, desde hoy, las futuras generaciones no tendrán excusa de no venir a este espacio para bailar, para disfrutar sanamente de lo que somos como ibarreños.
Eduardo Ortega, presidente de la parroquia de Caranqui, expuso que gracias a la Alcaldía, ahora el sueño de este barrio, se cumplió. “El día de hoy no se inaugura solamente un espacio, sino un importante sitio de vida cultural, el cual es único en la ciudad de Ibarra”, agregó.
Todos los años, durante los meses de julio y agosto, esta fiesta ancestral mestiza con raíces kichwas se fortalece.
“Es una obra muy relevante, este escenario no solo representa una fiesta sino un lugar de mucha importancia. Creo que podemos hacer otros eventos como ferias en el lugar”, comentó Alfredo Dávila, otro de los moradores del sector.
Este escenario donde está el polideportivo del barrio está cerrado y tienen capacidad para albergar a unas 1000 personas.
Los San Juanes se los conmemora entre junio y julio por las fiestas de San Juan. “La fiesta se la hace en varios puntos de la ciudad, pero aquí en Caranqui son únicos. La historia, el legado y la calidez de la gente lo hacen distinto. Cada año llegan nuevas personas, es una fiesta consolidada”, agrega.