El movimiento indígena de Ecuador, tras una dura protesta de 18 días contra las políticas económicas del Gobierno del presidente Guillermo Lasso, salió este jueves altivo y con algunas reivindicaciones alcanzadas en una mesa de diálogo mediada por la Iglesia católica donde se puso fin a la movilización. A su salida hasta el sur del país, Leonidas Iza en los barrios quiteños fue despedido en medio de aplausos, vitores y voces de agradecimiento.
Desde que comenzaron las protestas el 13 de junio, Ecuador ha vivido casi tres semanas con numerosos enfrentamientos entre manifestantes y policías que han dejado seis muertos, entre ellos un militar, y alrededor de 500 heridos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
El «paro nacional» vio su fin tras la firma del «acta por la paz», suscrita este miércoles por los dirigentes indígenas y el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, en la sede de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana en Quito, a pocas cuadras de la Universidad Central, convertida en zona de refugio para los manifestantes.
La lucha continúa 🇪🇨
La contundencia del #ParoNacional2022 tiene logros importantes. Guillermo Lasso nunca se sentó en la mesa de diálogo, apareció por cadenas de televisión, pero su gobierno se vio obligado a responder al pueblo.
Volveremos millones, viva la lucha social. pic.twitter.com/f2pZN9I7m8— CONAIE (@CONAIE_Ecuador) June 30, 2022
En el acuerdo, el Gobierno se comprometió a bajar en 15 centavos de dólar el precio del galón (3,78 litros) de los combustibles subsidiados, como la gasolina regular (85 octanos) y el del diésel, que hasta ahora se venden a 2,55 y 1,90 dólares, respectivamente.
El movimiento indígena aceptó la oferta, aunque exigía una reducción de 40 centavos para llegar al valor que esos carburantes tenían hace un año.
Asimismo, el acuerdo supuso poner freno a la expansión de las actividades petroleras y eliminó la posibilidad de concesiones mineras en áreas protegidas, territorios de comunidades indígenas, zonas intangibles y arqueológicas, así como en fuentes hídricas.
El Gobierno también se había comprometido en días pasados a elevar de 50 a 55 dólares un bono para familias en condición de vulnerabilidad y a subsidiar la mitad del valor de la urea, que se utiliza como fertilizante y cuyo costo se ha elevado por la guerra en Ucrania.