A las 18:08 de Roma, (11:08 hora de ecuador) los cerca de 15 mil visitantes de la Plaza de San Pedro, celebraron el humo blanco que anuncia la elección del papa número 267. Luego de cuatro votaciones en total, tres este jueves 8 de mayo y dos fumatas negras, el conclave de 133 cardenales decidió a su nuevo líder.
Una vez seleccionado el nuevo sumo pontífice, los asistentes y el mundo entero espera escuchar la clásica frase «Habemus Papam», declarada por el cardenal Dominique Mamberti desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Con 72 años, Mamberti ostenta el título de cardenal protodiácono. Nació el 7 de marzo de 1952 en Marrakech, Marruecos, de padres franceses que regresaron a su país poco después de su nacimiento.
Las sesiones previas al cónclave, celebradas en 12 congregaciones generales, han destacado preocupaciones urgentes y marcado las pautas para la elección del próximo Papa, ofreciendo pistas sobre el tipo de pastor que los cardenales esperan elegir en el cónclave.
Muchos de los temas planteados por los cardenales —informados en las sesiones informativas y comunicados oficiales de la Oficina de Prensa de la Santa Sede— destacan los siguientes problemas y prioridades para el nuevo pontífice.
Durante las 12 congregaciones generales previas al cónclave, se abordaron diversos temas clave que podrían influir en la elección del próximo Papa. Uno de los más recurrentes fue la importancia del Derecho Canónico, lo que favorece perfiles como el del cardenal húngaro Péter Erdő o el cardenal Pietro Parolin, ambos reconocidos por su formación jurídica y capacidad de gestión institucional.
A esto se suma la preocupación por el papel de la Curia Romana, lo que refuerza aún más la figura de Parolin, actual Secretario de Estado y conocedor profundo del aparato vaticano.
Otro eje central fue la diversidad étnica en la Iglesia, impulsada especialmente por los cardenales de la región amazónica, quienes abogan por una representación más global y contextual. En este sentido, destacan las figuras del cardenal Cristóbal López Romero, con amplia trayectoria misionera e interreligiosa, y el brasileño Jaime Spengler, ambos conectados con las preocupaciones sociales y culturales del sur global.
La sinodalidad y la eclesiología de la comunión, impulsadas como legado del Papa Francisco, también emergieron como factores determinantes, con candidatos como Mario Grech y Jean-Claude Hollerich representando esta visión reformadora.
Finalmente, la búsqueda de un pontífice pastoral, orientado al diálogo, la paz y la continuidad con los tres últimos pontificados, introduce nuevos matices. Nombres como el cardenal Matteo Zuppi —con experiencia en mediación internacional—, Pierbattista Pizzaballa —arraigado en Tierra Santa— y Anders Arborelius —teólogo europeo de sensibilidad contemporánea— reflejan la diversidad de criterios y prioridades. Aunque no hay un claro favorito, las discusiones indican un cónclave en el que se equilibrarán experiencia curial, sensibilidad pastoral y visión global de la Iglesia
