En el barrio 10 de Agosto, una tradición que ya cumple 13 años se mantiene viva: la creación de monigotes gigantes. Este año, el protagonista es un Pikachu de 9 metros de altura, cuya construcción ha involucrado a un grupo diverso de niños, jóvenes y adultos.
“Hemos decidido hacer a Pikachu por el mensaje que transmite: es un luchador que siempre se levanta tras caer, y eso nos inspira a seguir adelante pese a las dificultades”, explicó Lenin Quintanchala, líder del grupo ‘Monigotes gigantes Ibarra’.
Retos y resiliencia
El año pasado, la tradición se vio interrumpida debido a amenazas tras incidentes relacionados con la seguridad en el barrio.
“Hubo intentos de robo y represalias que nos obligaron a suspender el evento”, recordó Quintanchala.
Sin embargo, este año, con un nuevo equipo de trabajo compuesto por 12 personas, la iniciativa resurgió con renovadas fuerzas.
El arte de los monigotes
El grupo ‘Monigotes Gigantes de Ibarra’ ha consolidado su pasión por este arte, que inició inspirado por tradiciones de Guayaquil. “Desde pequeño me involucré en esta actividad, y ahora también guío a los más jóvenes”, comentó Anderson Narváez, de 20 años, quien lleva 7 años en el grupo.
Los integrantes comienzan con tareas simples como empapelar, para luego aprender técnicas avanzadas, como la estructura y el diseño de los monigotes.
Materiales y preparación
El Pikachu gigante está construido con estructura metálica, caña guadua, cartón y papel pintado con esmalte para protegerlo de la lluvia. La preparación comenzó en octubre y ha requerido largas horas de trabajo nocturno.
“La cabecita es lo más desafiante; es la base fundamental del monigote”, explicó Quintanchala.
Un espacio para todos
El proyecto también busca ser inclusivo. Niños como Sneider Morales, de 14 años, han encontrado en este grupo un espacio de aprendizaje.
“Empecé empapelando y ahora ya ayudo con estructuras. Es emocionante ser parte de esta tradición”, expresó Sneider. Además, los organizadores esperan motivar a otros barrios a unirse y revivir esta tradición.
“Queremos que haya más monigotes, como en la Perla del Pacífico, donde existe una ruta dedicada a ellos y fomentar espacios para el arte”, añadió Quintanchala.