La preservación de nuestros ecosistemas no es un lujo, es una necesidad urgente. El Día Mundial de la Educación Ambiental nos recuerda la responsabilidad compartida de proteger recursos naturales vitales como el Lago San Pablo, un ecosistema amenazado por la contaminación y la ineficiencia. Las recientes investigaciones de la Universidad Central del Ecuador exponen la fragilidad de nuestros entornos naturales. La contaminación de cuerpos de agua, como lo evidencian las muestras tomadas cerca del lago, representa un riesgo latente para las comunidades y el medio ambiente. La Mesa Técnica Interinstitucional instalada en Otavalo es un paso crucial, aunque no suficiente. La coordinación entre diferentes entidades ayuda, pero no podemos hacer nada; si desde la ciudadanía no tomamos decisiones al respecto. Cuidar los ecosistemas debe ser materia de educación básica o media, en las aulas. Academia, demos el primer paso.