La deforestación en la provincia de Imbabura es preocupante, según información del Ministerio del Ambiente, zona 1, entre 2018 a 2020 era de 413 hectáreas por año, sin embargo, entre 2020 a 2022, la cifra se incrementó a 1117 hectáreas. Una de las causas de la deforestación, según la entidad gubernamental, es la expansión de la frontera agrícola y la explotación de madera.
Cifras y análisis
Christian Soria, Director zonal del Ministerio del Ambiente, indicó que el crecimiento de la barrera agrícola y ganadera, en especial en sitios de bosques altos y páramos, provoca deforestación. Explicó que se realizan programas de reforestación, de protección del agua y de las superficies.
De igual manera, el funcionario señaló que posiblemente Imbabura es una de las provincias que sufre menos del proceso de deforestación, debido a que se cuenta con programas que vinculan a la comunidad en la protección del ambiente.
Cabe indicar que Imbabura cuenta con 47.000 hectáreas dentro de Áreas Protegidas 20000 hectáreas dentro de Bosques Protectores y 17.000 hectáreas dentro del programa Socio Bosque, con un total de 84.000 hectáreas bajo figuras de conservación.
El escenario en Imbabura
En la provincia de Imbabura, Cotacachi es el cantón con mayor presencia de deforestación con 913 hectáreas por año, le sigue Urcuquí con 448 hec, Ibarra con 336 hec, Otavalo con 203 hec y finalmente Antonio Ante con 9, 61 hec.
Según los técnicos del Ministerio del Ambiente Zona 1, para evaluar las transiciones de bosque y calcular la tasa de deforestación 2020 – 2022 se reclasificó el mapa en bosque – no bosque; considerando en este caso como bosque únicamente la clase bosque nativo y como no bosque el resto de categorías.
Los voceros del Ministerio, también, señalaron que la deforestación trae consigo consecuencias a la fauna y flora como: especies pierden su hábitat, riesgo de la extinción, daño a los hábitats y su fragmentación, sucesiva pérdida de biodiversidad, alteración de los ciclos del agua y erosión del suelo y la desertificación.
Acciones
Desde el MAATE se trabaja en las zonas con mayor presión con los Proyecto Paisajes Andinos y Planes de manejo integral de fincas con enfoque de paisaje, con la finalidad de mejorar la productividad y mitigar el avance de la frontera agrícola.
Así mismo, se socializa la normativa a los GAD Municipales, en vista de que ellos tienen la competencia y injerencia de regular el uso actual del suelo y que se realice el Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS) en base a la normativa ambiental para que no exista mayor deforestación o cambio de uso de suelo.
Como también, se coordinar acciones con las comunidades sobre áreas deforestadas con un Plan de Reforestación y Conservación, además, se realizan campañas de Educación Ambiental sobre Conservaciones de áreas en las Unidades Educativas de las comunidades.