Doña Enmita como la hemos tratado con respeto es un ejemplo de servicio a los demás. Su trabajo es sinónimo de arte y su docencia por 38 años en el Instituto de Artes Plásticas Daniel Reyes, simplemente fue su mística. A través de su nieta María Belén Rivadeneira, logramos conocer más datos de nuestro personaje a quien le rendimos homenaje.
Desde muy temprana edad mostró interés por educarse. Su gran sueño: estudiar en la Escuela de Bellas Artes que funcionaba en la capital de la República, a pesar de que le fue concedida una beca que cubría todos sus gastos, su padre, don Carlos, que había enviudado poco tiempo atrás, quería evitar que su hija se alejara de San Antonio.
Con la llegada a San Antonio de Ibarra del Padre Rojas, un hombre visionario, quien observó la extraordinaria habilidad de los “san antonenses”, luchó por la formación reglada de los artesanos en el ámbito de las bellas artes y junto a la Junta Patriótica constituida en octubre de 1943 -de la cual doña Emmita formó parte-, inauguró en mayo de 1944, el Liceo Artístico Daniel Reyes, convertido en colegio en 1966, y Emmita pasaría a formar parte de la primera generación de estudiantes del Liceo Artístico.
![Enmita Montesdeoca, una vida entregada al arte y la docencia 1 Enmita Montesdeoca](https://www.elnorte.ec/wp-content/uploads/2022/05/personaje-positivo-foto-1-768x1024.jpeg)
Durante su vida profesional, dedicó con pasión sus conocimientos y talento a sus alumnos a quienes quería como hijos, por eso la llaman hasta hoy y con cariño “Mamita Emma”. En el plano personal, se entregó al cuidado de su familia, brindando un inmenso amor, especialmente a sus nietos.
En el día a día preparaba sus clases, molía los materiales para poder pintar, cortaba las cartulinas, brillaba las olletas y pailas de bronces, organizaba las frutas o las flores para los hermosos bodegones, caminaba por las calles de Pucahuaico o de Natabuela, buscando los indígenas que serían modelos de sus creaciones, o los trajes andinos, los ponchos, sombreros y hualcas, las hermosas blusas bordadas, que concebía en su inquieta y creativa mente, que serían plasmadas por sus alumnos. Pasar un momento junto a esta mujer tan especial, es valioso tiempo de constante aprendizaje y ejemplo.