El nombramiento de Luis Gerardo Cabrera Herrera como cardenal marca un nuevo hito histórico para Ecuador. Nacido en Azogues en 1955, este franciscano se convierte en el sexto cardenal de su país, tras una trayectoria eclesial significativa que lo llevó de ser sacerdote en 1983 a ocupar las diócesis de Cuenca y posteriormente Guayaquil.
Los cardenales representan la élite del clero católico, con una responsabilidad crucial: elegir al sumo pontífice cuando la sede papal queda vacante. Este selecto grupo, integrado por miembros menores de 80 años considerados “electores”, tiene el privilegio de participar en el cónclave, ese cónclave secreto donde se decide el futuro de la Iglesia Católica.
La designación de Cabrera no solo enaltece su trayectoria personal, sino que reafirma la importancia de Ecuador en el contexto religioso latinoamericano. El Colegio Cardenalicio cuenta con 235 miembros, pero únicamente 122 estarían habilitados para elegir un Papá.