Los “bebes mariposas antes de aprender a caminar, aprendieron a volar”. El 15 de octubre se conmemora el día ‘Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal’. La Fundación Abrazando Esperanzas organizó un emotivo evento en el Redondel de la Madre, ubicado en la urbe ibarreña, donde se encendieron luces y velas en tonos celeste y rosa, los colores que representan este duelo.
Pamela Saud, directora ejecutiva de la Fundación Abrazando Esperanzas, nos explica en detalle la misión y el trabajo que realiza esta organización pionera en Ecuador para brindar apoyo y contención a las familias que han perdido a sus bebés en la etapa gestacional, perinatal y neonatal.
El duelo no es lo mismo que el luto
El vivir una maternidad de “brazos vacíos” no ha sido tarea fácil para ningún miembro de la familia. Principalmente, para una madre, que en su vientre germinó la “oruga” para transformarse en una “bella mariposa”.
Esa mujer de luz y amor incondicional, en su interior, mantuvo a un ser que con el tiempo se iba formando, y consecutivamente con los meses iba creciendo. Sin embargo, desde lo más profundo de su corazón, la creadora de vida anhelaba ver sus ojos, y a sus labios, pronunciando con una voz sutil “mamá o papá”.
El duelo, en palabras de Jessica Guamán, una madre que expresó su testimonio, “es no poder dar todo el amor que se había preparado para un hijo esperado con ilusión”. Por eso, decidió alzar la voz para hacer visible este sufrimiento que viven muchas personas en silencio: “Hoy estamos aquí, alzando nuestra voz, para que todos sepan y conozcan de nuestro duelo”, dijo Guamán
Proyecto de Ley
La Fundación ha presentado un proyecto de ley a la Asamblea Nacional con tres ejes fundamentales. El primero busca hacer obligatorio el protocolo de contención en hospitales públicos y privados.
El segundo propone la creación de licencias laborales especiales para las familias que enfrentan este tipo de duelo. Mientras que el tercer eje se enfoca en crear un registro público de los bebés nacidos sin vida, permitiendo que las familias puedan inscribir a sus hijos con nombre y apellido. “No existe una norma que permita un descanso físico y emocional tras una pérdida”, indica Saud.
“Por todos lo que no lograron conocer a su bebé; por los que conocieron y no pudieron abrazar; por los que fueron abrazados, pero no pudieron ser llevados a casa, y por aquellos que fueron llevados a casa y no logran quedarse”, finalizó Saud.
