domingo, 18 mayo 2025
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El exceso de velocidad cobró 14 vidas y hasta el momento nada

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Han pasado 2345 días desde aquel 24 de septiembre del 2017, cuando se registró el accidente de tránsito más desgarrador en Imbabura y hasta el momento hay más dudas que certezas.

Exceso de velocidad

Fue la principal causa del suceso, a esto se sumó una falla mecánica y la impericia del controlador del bus quien era la persona que se comprobó estaba manejando el vehículo.

Seis años después no se ha logrado la reparación económica a los sobrevivientes y ni a las familias de las 13 personas fallecidas, 14 de ellas fueron en el acto.

Fue el bus número 10 de la cooperativa San Gabriel, que se volcó en el redondel de la parroquia González Suárez al sur de Otavalo.

El suceso ocurrió sobre las 20:10, cuando el autobús interprovincial de pasajeros presuntamente perdió pista y se volcó tras impactar en la parte posterior a un vehículo particular, cuando circulaba por el redondel de la parroquia.

Noche fatal

El vehículo partió desde la ciudad de Quito, capital del Ecuador, con 56 pasajeros y tenía como destino la ciudad de San Gabriel, en Carchi.

Los pasajeros sobrevivientes coincidieron en manifestar que el conductor viajaba consumiendo licor, con exceso de pasajeros y rebasando los límites de velocidad.

“No es justo que en un solo momento le arrebaten la vida a todos los hijos de mi tía. He perdido a mis tres primos”, dijo Homero Usigña, primo de fallecidos.

¿…Y los culpables?

El exceso de velocidad fue el hecho clave para registrar el accidente. Luego de un largo proceso judicial la justicia determinó que Joffre Fabián CO, era quien manejaba el automotor a la hora del accidente. Fue sentenciado a cinco años de cárcel y el pago de 12 salarios mínimos vitales.

Mientras el otro implicado, Jairo David PG, quien era el conductor titular y la persona que sacó el bus desde Quito y en el transcurso del accidente entregó la responsabilidad al controlador, fue declarado inocente.

“Mi vida cambió totalmente desde aquel momento, nosotros no hemos recibido la reparación económica. El dolor y la indignación todavía continúan luego de ocho años. Los accidentes de tránsito deben desaparecer”, reconoce una de las sobrevivientes, a la que omitimos el nombre para no re victimizar. Van siete años y hasta ahora el caso no se ha cerrado definitivamente.

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