Ya es un cuarto de siglo que la familia Amaguaña Criollo lleva confeccionando la vestimenta para las mujeres que forman parte de los pueblos Kichwa Karanki y Kayambi.
Ellos, quienes son oriundos de la comunidad La Magdalena, sector que pertenece a la parroquia Angochagua, contaron su historia. También dieron un nombre propio a su idea: Munay Warmi (mujer hermosa).
“Nosotros empezamos bordando a mano, pero con el tiempo todo cambió y hubo que innovar. La vestimenta es parte importante de nuestra cultura y de la tradición de nuestro pueblo. Para nosotros es un verdadero honor venirla confeccionando desde hace 25 años”, mencionó Anita Criollo.
“Los diseños y bordados están inspirados en la bella naturaleza que se encuentra y rodea a nuestra comunidad y parroquia”, añadió Anita. También mencionó que, dependiendo del bordado y la complejidad del trabajo cuando se trata de un atuendo especial, éste puede estar terminado en tres días o en una semana.
José Amaguaña es el jefe del hogar. Él no tiene problemas de ponerse a bordar y a realizar cualquier trabajo. Se sienta frente a la máquina y comienza a cumplir con su labor, ya que creció en el mundo de los cortes y telas, debido a que fue sastre.
“Orgulloso porque esto se hace en familia y de poder vestir a personas de nuestros pueblos”, dijo José.
Además explicó que gracias a la belleza de esta vestimenta, los atuendos que elaboran se han internacionalizado. Ha habido personas que se han llevado prendas a naciones como Francia, Estados Unidos, Bélgica y España.
Beatriz Amaguaña es oriunda de la comunidad Pesillo, rincón que pertenece a la parroquia Olmedo (Cayambe-Pichincha). Ella, desde hace unos 8 años, viaja regularmente hasta el centro de la capital imbabureña para adquirir una prenda en Munay Warmi.
“En lo personal, es una belleza vestirnos aun así, con nuestra vestimenta que es muy única y llena de tradición”, dijo Beatriz.
“Hay trajes que se utilizan solo en ocasiones muy especiales. Por ejemplo: cuando hay una boda o en época del Inti Raymi”, mencionó Beatriz.
Los herederos
Efraín es uno de los hijos de Anita y José. También ayuda a sus padres en el negocio.
“A nosotros nuestros padres nos han inculcado que vistamos a la mujer indígena de una forma diferente, pero siempre conservando la cultura, la traición, pero sobre todo la esencia que identifica a la gente que habita en Angochagua y en sus alrededores”, explicó Efraín, quien también se encarga de promocionar en redes las redes la llamativa vestimenta que elabora su familia.