Ecuador cerró 2022 con 332 femicidios, la cifra más alta desde 2014, cuando se tipificó el delito del asesinato a una mujer por razones de género, señaló la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (ALDEA), al anotar que la cifra pone a Ecuador entre los países más violentos contra las mujeres en la región.
Sobre el informe
“El 2022 hemos cerrado con unas cifras infames, alarmantes, preocupantes, frustrantes: 332 mujeres, niñas y adolescentes han sido asesinadas en el 2022 de manera infame, y siguen en la impunidad los casos”, dijo Geraldine Guerra, de ALDEA y de la Alianza Feminista para el mapeo de femicidio en Ecuador.
Con esas cifras recabadas por la sociedad civil, el 2022 cierra como el año más mortal para las mujeres desde que se tipificó el femicidio en 2014, añadió al recordar que 2021 era el más violento con 197 casos.
“Puede haber mucho subregistro porque hay muchos casos, por ejemplo, de los sectores rurales, donde no tenemos acceso al dato, y que están siendo invisibilizados”, indicó.
Entre las provincias donde hubo más femicidios en 2022 figuran: Guayas, Manabí y Esmeraldas.
Contexto social
Guerra comentó que, desde 2021, se dio un incremento de los femicidios. “En la pandemia, la denuncia cesó, más no el delito. La violencia ocurría aun cuando las mujeres, las niñas y adolescentes estábamos en los sitios más seguros, que era el hogar”, dijo.
“Sin embargo, en 2021, fue como una ola de tsunami, se empezaron a visibilizar un montón de casos y a denunciar más casos. En 2022 esto nos sacude y, además, se cruza con todo el tema de la violencia social que se está viviendo en el país, con la alta criminalidad y con esto que llaman en otros países como ‘narcoestados’ o ‘narcodelincuencias’”, dijo.
Y añadió que en 2022 el 60% de femicidios se perpetraron con armas de fuego, pese a que en Ecuador su porte es ilegal.
“Hemos identificado que cada vez que había una crisis en la cárcel en 2022, también subían estos casos que el Estado los denomina como sicariato, aun cuando tiene información de que quienes mandan a matar a las víctimas, son sus propios esposos o excónyuges”, anotó Guerra.
Guerra se preguntó qué está haciendo el Estado para entender por qué se han exacerbado los femicidios y sus formas, pues ya no es mujeres que mueren por disparos, es mujeres que mueren con abuso sexual, quemaduras, con tortura, y, además, que son tiradas en las calles por pedazos, decapitadas.