Cuatro representantes de Latinoamérica, se reunieron (virtualmente) para hablar sobre el oso andino, en el marco del Día Internacional de este mamífero, que habita en los bosques subtropicales, secos y fríos de la cordillera de los Andes.
Los expertos insistieron en que es necesario proteger el hábitat de esta especie para evitar su extinción, puesto que es el único oso grande de Suramérica.
El Escenario
Mauricio Vela, de la WCS de Colombia, Andrés Laguna, de la Prefectura de Imbabura, Nicolás Reyes, del Instituto Humboldt de Colombia y Kenny Ure, del Programa de Carnívoros Andinos de Bolivia, analizaron la situación en la que se encuentra el oso andino.
El conversatorio llevó el nombre de ¿ Al fin el oso come vacas, sí o no? La respuesta fue sí. A partir de esta contestación, los expertos indicaron que esto ocurre debido a que los humanos se expanden hacia el espacio o zonas donde habita el oso y que es importante generar procesos productivos sostenibles, de conservación ambiental y de convivencia con la especie.
Mauricio Vela señaló que entre las amenaza se encuentra la expansión agrícola y de frontera humana, también, mencionó que últimamente se está investigando las afectaciones del cambio climático al hábitat del oso.
Análisis del Aso Andino
Aclararon que a pesar que existen similitudes entre los países andinos y la problemática del oso andino, también, se generan realidades distintas.
“No solo interactúan con ovejas, sino, con producción agrícola como maíz , aguacate, etc. Cuando estos productos se terminan, el oso se alimenta de bovinos. La gente busca producir en zonas ricas a biodiversidad, en algunos casos, los asentamientos humanos estuvieron en estos territorios previo a la colonización española. Existe una interacción, debido a la producción agrícola y ganadera”, comentó Kenny Ure.
Ure mencionó que es importante que los grupos, colectivos, instituciones que quieran trabajar en la protección del oso andino primero comprenda la realidad de las comunidades, a nivel cultural, social, productiva, económica, etc.
Nicolas Reyes, al respecto, comentó que el oso andino ha convivido con las comunidades ancestrales desde siempre.
“Son territorios que están vinculados a los Andes, que antes, no tenían monocultivos, ganadería extensiva, etc, que ahora trae conflictos no solo con el oso, sino con especie como el jaguar y el puma. Es ahí donde chocan los intereses entre las comunidades y el oso.
Es importante entender que son pequeñas familias, con recursos limitados, no son grandes productores, a quienes les duele que un oso les mate una vaca, que significa los ahorros de su vida” comentó Reyes.
Andrés Laguna, del GPI, comentó que es una especie muy inteligente, puesto que pueden modificar su comportamiento para conseguir alimento.“Conversamos con las comunidades de manera permanente y directa, les capacitamos.
Además, les facilitamos información, sobre medidas disuasivas olfativas, que alejen al oso de las presas o ganado. Estamos aplicando con efectividad, en la zona norte del país, es la utilización de la orina humana, que es como una marcación de territorio”, dijo.