En los últimos días, la regeneración llegó a la calle Ibarra, entre Puyo y José Miguel Vaca Flores. El empedrado que estuvo por más de 25 años en esta vía se convirtió en asfalto. Los trabajos de esta obra que iniciaron en enero del presente año finalizaron ocho meses después.
Hace 40 años, Guayaquil de Alpachaca se convirtió oficialmente en parroquia urbana de la capital imbabureña. Sin embargo, hay personas que en este populoso sector han vivido desde hace medio siglo o más. Y, ahora, muchos se alegran de ver un cambio de 180 grados en algunas calles.
“La verdad es que me siento contento por la obra realizada. No pensé ver dicha obra porque yo vivo aquí 50 años y medio siglo he tenido que esperar para ver el adelanto del barrio”, mencionó Carlos Esparza, quien reside en la calle que lleva el mismo nombre de la Ciudad Blanca.
“El polvo ya era insoportable. Ahora estamos contentos con este cambio porque sin ninguna duda esto mejora el aspecto y la imagen de nuestro barrio. Incluso se incrementa el precio de las propiedades. Los negocios también mejoran”, añadió el ciudadano.
También mencionó que no entiende el por qué este tipo de obras se demoraron tanto tiempo en ejecutarse, cuando deberían terminarse lo más pronto posible.
“Parecía que esta obra no iba a estar terminada, ya que hubo semanas que no se observaba trabajadores. Sin embargo, aunque tardó es muy bueno ver que la calle Ibarra y otras vías del barrio y la parroquia Guayaquil de Alpachaca cambiaron de aspecto, ya que ahora tienen adoquín o asfalto”, mencionó Maribel Guerrero, habitante del Barrio Azaya Centro.
Añadió que esperan que este tipo de trabajos continúen, ya que aún hay vías en mal estado.
El día que se colocó la capa asfáltica en esta arteria situada en el barrio Azaya Centro, varios de los frentistas salieron de sus casas para observar de cerca la realización de estos trabajos de mejoramiento.
“Fueron varios meses que vivimos con varias incomodidades, sobre todo por el polvo que ingresaba a las casas. En lo personal, a las personas de al tercera edad, también se nos dificultaba el ingreso y la salida del domicilio. Pero ahora es muy bueno ver nuestra calle totalmente cambiada y mejorada”, mencionó Carlina Espinoza.
Otra realidad la viven quienes tienen sus casas en la calle Isla Fernandina, entre Tulcán y Quito. Son dos cuadras que hace más de cinco meses también fueron intervenidas y el empedrado que tenían fue levantado. Pero desde entonces, los vecinos que habitan en esa parte de esta arteria no han visto trabajo alguno. Ellos también aspiran ver su calle mejorada.
Por otro lado, la intervención y el mejoramiento de vías se continúa realizando en varios sectores de esta parroquia.
Además de la calle Ibarra, otras vías que hasta el momento han sido asfaltadas son: Guayaquil, José Miguel Vaca Flores (entre Guaranda y Quito, Tulcán, Esmeraldas y otras.