Cuando los sabores son denominados como patrimonio, degustarlos se convierte en toda una experiencia. Pues un dulce puede contener más de un siglo de tradición que se niega al olvido. Este es el caso de “Heladería Dory” un negocio que preserva intacta la tradición de preparar las deliciosas “Cosas Secas” o “Dulces de Corpus” y helados con recetas de más de 100 años.
Una tradición
Sabores de coco, mora, taxo, leche, maracuyá, chocolate, naranjilla y más seducen a los turistas que llegan a San Antonio de Ibarra. La característica de estos helados es que son preparados de manera artesanal, con fruta 100% natural. A la semana, doña Patricia Narváez, propietaria de la heladería, prepara 500 helados y más de 100 “Cosas Secas”, que comprenden mojicones, suspiros, panuchas y roscas
Patricia Narváez Alemida, es la cuarta generación de helados Dory.
“Calculamos que este negocio abrió sus puertas desde 1900, con mi abuelita Carmen Amelia Egas, sin embargo, mi bisabuelita, ya preparaba estos dulces, hablamos de más de 100 años de tradición. Luego que falleció mi abuelita, mi mami siguió con la tradición, Dora Almeida Egas, quien prepara los “Dulces de Corpus” o “Cosas Secas”, la gente después de la procesión, tiene la tradición de comer las cosas secas, el Corpus se celebra en el mes de junio o mayo”, comentó Doña Paty.
Un legado que lucha por no perderse
Sobre el legado de esta tradición, doña Paty comentó que no está segura si sus hijos seguirán, puesto que tienen profesiones distintas, sin embargo, cree que no se perderá. “Para mí, San Antonio de Ibarra es todo, mucha gente me ha mencionado que abra mi negocio en Ibarra o en Quito, etc. Pero esta es la tierra donde nací, donde me eduque, en el Colegio Daniel Reyes, es mi vida. San Antonio está aquí, en los sabores de los helados y las cosas secas, debo preservar esta tradición”, dijo Doña Paty.