Las instalaciones del Centro de Movilización Imbabura, ubicado frente al Estadio Olímpico Ciudad Blanca, fue el punto de encuentro para cientos de jóvenes, de entre 18 a 21 años, que acudieron al segundo llamado voluntario de acuartelamiento.
Desde la madrugada del sábado y domingo, hicieron fila para alcanzar su turno, ser evaluados y determinar si estaban aptos. Varios de ellos, acompañados por sus padres, incluso cargando maletas y cajas de madera con sus pertenencias, ingresaron de manera progresiva para cumplir con el proceso.
El Proceso
El Teniente Coronel Diego Vega, Comandante del Grupo de Caballería Mecanizada Yaguachi, explicó que los postulantes aprobados cumplirán con tres fases de preparación, y al final del ciclo convertirse en soldados de reserva.
“Tendrán una formación básica, donde el ciudadano aprenderá normas, valores, principios de disciplina, luego un entrenamiento de instrucción, que se acerca al ámbito militar, y una capacitación profesional a través del SECAP en diferentes áreas”.
También indicó que en el transcurso del ciclo, los postulantes también cumplirán con actividades militares y vinculante en actos propios de la institución. En especial, que no impliquen situaciones de riesgo. “Alrededor de 170 jóvenes se presentaron al acuartelamiento, el primero día estuvieron cerca de 110. Agradecemos la confianza de los ciudadanos y las familias”.
Acuartelamiento
Germán Correa, jefe del Centro de Movilización, destacó la concurrencia de los jóvenes. Además, comentó que la provincia tiene el punto de instrucción ‘31 Andes’, en las instalaciones del Grupo de Caballería Mecanizado Yaguachi. “Ellos se concentrarán en este punto, en un periodo de adaptación a la vida militar, como la entrega de uniformes.
Está previsto que para finales de octubre o mediados octubres tendrían la visita de sus familiares”.
Es importante mencionar que el servicio cívico militar voluntario comprende un año de acuartelamiento. Al finalizarlo, los ciudadanos recibirán la cédula militar que los acreditará como soldados de reserva, si lo han realizado en el Ejército o Fuerza Aérea; y como Marineros de Reserva si lo han realizado en la Armada.
Un Sueño
El acuartelamiento es una oportunidad para muchos jóvenes que ven a las Fuerzas Armadas como un espacio de superación personal y profesional. En otros casos, para alejarse de vicios e incluso la captación de grupos delictivos.
Diego Barzola, de 18 años, es oriundo de la capital ecuatoriana, Quito. Llegó hasta el Centro de Movilización Imbabura con el firme propósito de formar parte de las filas de las Fuerzas Armadas. Es uno de sus sueños, que lo vislumbra desde la niñez.
Una historia parecida es la Stalin Mieles, que vive en Otavalo, pero cumplió su preparación académica en la provincia de Esmeraldas. Él aspira cumplir con el proceso de la mejor manera, justamente, para superarse luego de atravesar ciertos problemas de adicción en su vida.