En un vibrante retorno a las raíces culturales, arrancaron de manera oficial los Primeros Juegos Tradicionales Ñukanchik Pukllaykuna. El barrio Mirador del Colibrí del Circuito 11, en Otavalo, fue la sede del encuentro cantonal.
Remembranza de los juegos tradicionales
Este evento, que resurge con una fuerza revitalizante, se erige con el propósito primordial de fortalecer la unidad entre los vecindarios y comunidades, en un esfuerzo conjunto por rescatar las costumbres que nos identifican y nos unen. Así lo expresó Anabel Hermosa, alcaldesa de la ciudad, quien apuesta a una revitalización total con esta iniciativa.
Las risas resonaron, el entusiasmo se desbordó y la nostalgia se hizo presente mientras los participantes se sumergían en la magia de los Juegos Tradicionales.
“Recuerdo que tenía 6 años y jugaba la rayuela con mi hermana Pilar y mis primas. Pasábamos horas y horas jugando, eran otros tiempos”, recuerda con nostalgia María Cevallos, una de las asistentes al evento.
Juegos de antaño
La rayuela, el juego de las canicas y el juego del trompo, transportó a los participantes a un tiempo donde la simplicidad de la diversión era el lazo que unía a las comunidades. Desde la cuerda de la cuerda hasta el trompo girando con destreza, cada juego encierra no solo la competencia, sino también la memoria colectiva y la herencia de generaciones pasadas.
El barrio Mirador del Colibrí se convirtió en el escenario vibrante donde la esencia de la comunidad resplandeció. Niños, jóvenes y adultos se unieron con fervor, creando un tapiz de risas, camaradería y competitividad amistosa. La alegría emanaba de cada rincón, contagiando a todos con un espíritu de celebración que trasciende el mero acto de jugar.
Recuerdos
“Estamos emocionados de revivir estos Juegos Tradicionales, que son más que simples competiciones; son una manifestación de nuestra identidad y un puente hacia nuestras raíces”, expresó emocionado José Vela, morador del barrio.
La nostalgia se mezclaba con la gratitud por la oportunidad de preservar y transmitir estas tradiciones a las generaciones futuras.
Mientras los participantes se entregaban a la diversión, el propósito más profundo de este evento se materializaba: la construcción de lazos más fuertes entre los barrios y comunidades.
Los Juegos Tradicionales se erigen como un recordatorio de que, en la simplicidad de un juego, se encuentra el poder de unir corazones, rescatando y celebrando lo que nos hace únicos como comunidad.
Recuerdos
En esta primera jornada de revitalización de Juegos Tradicionales participaron los integrantes de los barrios Mirador del Colibrí, Machángara, Rey Loma, Monserrath Alto, Balcón Otavaleño, Santa Anita y Copacabana. De acuerdo a la planificación los juegos continuarán en otro sector de la ciudad.