Hasta 2021, la comunidad kichwa de Monserrat era considerado un barrio más de Otavalo; sin embargo, cuando pasó a tener esta denominación, para los moradores del ‘washa lado’ de la comunidad este cambio significó un retroceso en lugar de un beneficio, manteniendo diferencias con el presidente, Alfonso Cachimuel.
Los habitantes de este lado de Monserrat prefirieron no decir sus nombres para evitar problemas.
El mal de las multas
El principal malestar que experimentan son las multas por no asistir a las asambleas generales y mingas que se realizan. El valor es de USD 10 y 20 respectivamente, según los habitantes.
“Si queremos poner una acometida de agua, nos piden un certificado de la comunidad, y los que tenemos multas, primero tenemos que pagarlas, y luego nos dan el certificado”, explicaron los moradores.
En el caso de las mingas, indicaron que son obligados a asistir y que estas se realizan en la comunidad de Monserrat Alto, que no tiene relación con ellos.
Sobre esto, Alfonso Cachimuel expuso que el cobro de multas por no asistir a estas actividades se contempla en el reglamento interno de la comunidad que fue aprobado en asamblea general hace tres años; además, el valor es de USD 10.
“Comunidad atrasada”
En una rueda de prensa, Cachimuel expresó que “la comunidad kichwa de Monserrat es una de las más atrasadas y que no se ha tomado en cuenta por el Municipio de Otavalo”.
Los moradores de la comunidad y el presidente coinciden en que las obras realizadas son fruto del trabajo de sus padres. Por esta razón, para los vecinos, ya no es necesario que sean denominados como “comunidad”, porque ya tienen todo lo que necesitan y “no están atrasados”.