Independiente del Valle, el club ecuatoriano que en apenas cuatro temporadas, de 2019 a 2023, conquistó dos ediciones de la Copa Sudamericana y una Recopa Sudamericana, ha comenzado a exportar su modelo de éxito, que años atrás parecía estar atado al fútbol de Argentina y Brasil.
Colombia, y en concreto el club Atlético Huila, supone la continuidad de expansión del propietario del Independiente, el empresario Michel Deller, quien tiempo atrás había cerrado otra operación en España con Numancia.
Desde que en 2007 Deller tomó el control del club del Valle de los Chillos, su progresión ha sido meteórica al ganar la Sudamericana en 2019 y 2022 y la Recopa Sudamericana de 2023, además de llegar en 2016 a la final de Copa Libertadores, y de ganar una liga de Ecuador (2021), una Copa Ecuador (2022) y una Copa Libertadores sub’20 (2020).
Detrás de esas conquistas hay una gestión enfocada en replicar a los grandes clubes europeos, especialmente en su academia, con instalaciones modernas y un estilo de juego definido desde las divisiones inferiores hasta el primer equipo.
Gracias a una amplio grupo de cazatalentos, ha logrado reunir a la mayoría de jóvenes valores de Ecuador que acabaron por destacar en el primer equipo, dar el salto a Europa y consolidarse como figuras de la selección ecuatoriana.
Destacan en ese grupo el defensa Piero Hincapié, ahora en Bayer Leverkusen; y el centrocampista Moisés Caicedo, que milita en el Brighton inglés.
El más reciente descubrimiento es el centrocampista Kendry Páez, vinculado con Chelsea luego de haber debutado en la primera división de Ecuador y de haberse consolidado como figura de la Tri.
Tanto Hincapié como Caicedo y Páez se forjaron en Centro de Alto Rendimiento de Independiente del Valle, al que Deller incorporó profesionales europeos, especialmente entrenadores españoles.
Este año está al frente de la academia el español Andoni Bombín, quien por años estuvo a cargo de la metodología de entrenamiento de Lezama, la cantera de Athletic Club de Bilbao.
En el Centro de Alto Rendimiento, además de preparación futbolística, los niños y jóvenes son alimentados, reciben hospedaje y guía en sus estudios primarios y secundarios.
Ahora esa experiencia y el método de trabajo serán replicados en un nuevo centro de las mismas características inaugurado hace pocos días en Esmeraldas, el mayor semillero de talentos deportivos de Ecuador y cuna de la mayoría de jugadores de la selección absoluta.
Los resultados han sido superlativos, no sólo en el ámbito deportivo, sino también en el económico, con negocios impensables hasta hace pocos años en el fútbol ecuatoriano, como el de Páez, cuyo paso al Chelsea se calcula que ha rendido 20 millones de dólares.
Caicedo fue traspasado al Brighton por unos 7 millones de dólares, pero Independiente del Valle se reservó el 20 % de una futura venta del jugador.
Mientras los padres de los niños defienden la gestión que cumplen los cazatalentos de Independiente, otras voces critican sus métodos de reclutamiento, especialmente desde los clubes que sufren con la fuga de sus jóvenes figuras.
La presidenta de El Nacional, Lucía Vallecilla, y el presidente de Barcelona, Carlos Alejandro Alfaro Moreno, acusaron a Independiente del Valle de llevarse a sus jugadores sin contactarlos antes, apenas dirigiéndose a los padres.
Santiago Morales, directivo del Independiente del Valle, dijo sentirse sorprendido por las declaraciones del presidente de Barcelona.
Afirmó, por contra, que “hay muchos chicos que quieren llegar a Independiente”.
Jessica Andrade, madre de Kendry Páez, expresó que otros clubes del país no se atreven a apostar por el talento de los jóvenes.
Páez comenzó su carrera en la escuela de fútbol Huancavilca, de Guayaquil, siguió en la academia de Barcelona y luego en la de Patria, club de la segunda división de Guayaquil, de donde los cazatalentos de Independiente lo llevaron a su academia con 11 años.
A Independiente también le han llovido críticas por presentar en su primer equipo alineaciones formadas mayormente por extranjeros, pero bajo esa competencia jugadores como Caicedo y Páez se han ganado un puesto en el once titular, y han alcanzado un caché que hasta hace pocos años sólo se veía en Argentina y Brasil.