Recuperación o revitalización de la identidad de la cultura afrochoteña fue uno de los ejes con los que desde el 2012 la Red de Jóvenes del Territorio Ancestral empezó a trabajar para lograr crear la Escuela de Creación Literaria Cimarroneando: Voces pa’ trae de vuelta la memoria. Los resultados del trabajo realizado salieron a flote durante un encuentro que se realizó en la capital imbabureña.
El encuentro- literatura
No había mejor lugar que las instalaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo Imbabura para realizar este llamativo encuentro, donde niñas, niños, adolescentes y jóvenes expusieron su trabajo ante un auditorio casi lleno.
Fue una jornada llena de expresiones culturales, literatura, danza y relatos. Varios de los protagonistas resumieron en cuentos parte de la historia y en el evento los relataron.
Reacción
Al final, su respectivo certificado de participación.
Sin embargo, más allá del evento y el justo reconocimiento al esfuerzo, los mentalizadores de este proyecto y los protagonistas conversaron con Diario EL NORTE sobre qué es lo que se busca con todo esta iniciativa.
Iliana Carabalí, miembro de la Red de Jóvenes del Territorio Ancestral, mencionó: “Bueno, nosotros como jóvenes venimos trabajando en un proceso de revitalización de la identidad cultural desde el año 2012, cuando nos juntamos y empezamos a trabajarlo a lo largo del territorio. Uno de nuestros ejes como organización básicamente era el tema de la recuperación o revitalización de la Identidad cultural afrochoteña.
Lo estamos llevando a cabo a partir de diferentes estrategias o de diferentes eventos. Uno, precisamente es esa Escuela de Creación Literaria
Cimarronear es volver a traer nuestras características culturales propias hacia este espacio. Y, claro, como Voces pa trae de vuelta la memoria es como recuperar las voces de nuestros abuelos, abuelas a partir de este proyecto de creación literaria”, añadió.
En el marco del mes de la afroecuatorianidad, Carabalí también dijo: “En este contexto difícil de invisibilización que se sigue recrudeciendo en el marco del Estado, un Estado que nos sigue negando como afrodescendientes, que sigue buscando las estrategias para negar nuestra existencia aquí, para negar nuestro papel, nuestra acción y, sobre todo, quitarse la responsabilidad de brindarnos el acceso a derechos”.
Participantes
Angie Montenegro, de 15 años de edad y oriunda de la parroquia de Salinas, fue una de las jóvenes que participó del proyecto.
A Angie le gusta el ritmo de la bomba. Por ese motivo, su cuento se llamó La Bomba. Ella mencionó que le gustó mucho hacer el cuento, donde pudo hablar de sus ancestros. Además que se siente alegre y feliz porque esto les enseña a no olvidar la memoria de sus ancestros.