Más allá de las acciones que realice el Gobierno por la seguridad del país, que claro eran urgentes tomarlas, existe otra realidad, a la cual nadie regresa a ver, que es la pobreza. Nada, absolutamente nada, justifica la violencia, pero como país debemos preguntarnos de dónde están saliendo estos grupos terroristas y a quiénes están reclutando. Están en las zonas más pobres del Ecuador, en lugares donde existe pocas escuelas y colegios, donde no llegan los recursos de agua y alcantarillado, donde la violencia intrafamiliar permea, donde las calles son de polvo. La solución armamentistas será a directo plazo, pero mientras siga la pobreza, tendremos más grupos delincuenciales.