Crímenes, asesinatos, desapariciones y muchas otras tragedias siempre han sido parte de la experiencia humana. Estos relatos han sido compartidos por las personas como modo de advertencia, pero también, como entretenimiento, ya que mientras estas historias generan sentimientos negativos en quien las escucha, también existe cierta curiosidad que les hace querer saber más.
Este tipo de historias se compartían primero de forma oral, de persona a persona, y, con la llegada de la alfabetización, de manera escrita por medio de revistas, folletos, periódicos y libros que se publicaban relatando sucesos espantosos para consumo del público.
Con la llegada del cine y televisión, y en la actualidad, del internet, el consumo de este tipo de historias no ha hecho más que aumentar.
Atracción por lo macabro
La primera razón por la que las personas se sienten interesadas en los crímenes reales es la curiosidad que generan. El misterio tras las acciones que los involucrados realizaron, los detalles del crimen y el trasfondo que rodea todo el evento genera en las personas una necesidad de saber por qué se dio. Cuando estas historias son estructuradas con un estilo similar al de las novelas de misterio, son capaces de mantener la intriga alta y a las personas interesadas en todo momento.
Otra de las razones es que este tipo de historias atacan al sentido de justicia de los individuos, que empatizan con las víctimas y esperan que la resolución de su historia incluya el descubrimiento de los perpetradores y las consecuencias que tienen que pagar por sus acciones.
Las historias sobre crímenes reales también son utilizadas como lecciones para aprender como actuar en situaciones peligrosas, y les recuerda a las personas sobre medidas de seguridad que pueden tomar para prevenir que les sucedan cosas malas.
Tragedia como entretenimiento
Con el aumento en la popularidad del género han llegado preguntas sobre si es apropiado. Desde la tendencia a sensacionalizar los hechos, hasta la publicación de historias sin el consentimiento de los involucrados, la creación y el consumo de este contenido esta siempre bajo crítica.
Esto se ha dado especialmente contra personas que publican estas historias en redes sociales, que no son vetadas de la manera que publicaciones tradicionales son, y por lo tanto tienden a incluir información errónea y hasta dañina, cuando se trata de un crimen en desarrollo, que puede ser afectado por factores externos como la creación de teorías y visitas al lugar del crimen.
El nuevo estilo del True Crime incluye a personas compartiendo estos relatos mientras comen, se aplican maquillaje, juegan videojuegos, y otras actividades que han sido vistas de mala manera por no tomar los temas de los que hablan con la seriedad apropiada.
Repercusiones
El consumo de las historias a tenido un impacto tangible en la vida de las personas. Influye su decisión de donde vivir, a donde viajar, puede afectar su decisión sobre participar en eventos sociales, y aumenta la desconfianza a interactuar con las personas a su alrededor.
Emocionalmente, puede afectar la salud mental al generar estés y paranoia que da como resultado una baja en la calidad de vida.
Afecta también a su percepción de la policía y el sistema judicial, ya que muestra las acciones que estos tomaron durante un crimen, para bien y para mal.
