Con la finalidad de conservar y proteger las fuentes de agua desde donde se distribuye el líquido vital a varios puntos del cantón, la Municipalidad de Otavalo en articulación con la Empresa Pública de Agua Potable y Alcantarillado (Emapao), además de comuneros de la zona de San Francisco de la Rinconada y Turupamba, sembraron 500 árboles nativos en la captación ubicada en La Rinconada.
Dicha acción también forma parte del plan de trabajo que se está ejecutando desde la Emapao, liderada actualmente por Gustavo Andrade, gerente general, quien ya había dado un adelanto la semana pasada acerca de los enfoques que tendrá su gestión, durante la sesión solemne por el aniversario No. 8 de la institución.
En aquella oportunidad el funcionario mencionó que había encontrado a la empresa debilitada, por lo que ya se trabajaba en fortalecerla.
“Nuestra señora Alcaldesa dio lineamientos de fortalecer las capacidades técnicas y operativas de la entidad, para mantenerla en pie. Ahora emergemos con una nueva visión para optimizar la prestación del servicio del agua potable, abarcando el componente ambiental, para proteger el recurso hídrico que a nivel mundial es escaso”, señaló.
Siembra
En este contexto, se conoce que esta actividad no será aislada, sino que se tendría pensado conformar un voluntariado juvenil para de manera conjunta con las comunidades aledañas continuar sembrando estas especies vegetales de manera mensual, en la medida de lo posible.
“Esta iniciativa busca generar conciencia ambiental y contribuir a la preservación del medio ambiente. Los árboles nativos cumplen un rol fundamental en la retención del agua en el suelo evitando la erosión y mejorando la calidad del recurso hídrico”, se emitió, por su parte, desde el GAD Municipal.
Participantes
Vale indicar que la jornada ambiental fue dirigida por la máxima autoridad del “Valle del Amanecer”, Anabel Hermosa, quien estuvo acompañada por el vicealcalde Germán Arias, además de las ediles Lilibeth Ayala y Alexandra Alemán.
En cuanto a los comuneros presentes, un gran número de residentes de la zona se sumaron a los trabajos, haciendo un solo puño en pro de los resultados anhelados.
“Hay que cuidar nuestra naturaleza. Por ello, hicimos una minga lindísima para sembrar alisos, arrayanes, entre otras especies. Como decía un compañero, aquí no hay condiciones de nada, la única condición es trabajar por nuestras vertientes que nos proveen de agua”, expresó Hermosa, burgomaestre local.