Hacer un scroll (Mover con el pulgar la pantalla del celular) es tan fácil, como mal informarse. Las noticias falsas han demostrado ser más virales que las verdaderas. En una era de inteligencia artificial y desinformación masiva, el peligro se multiplica. Los algoritmos potencian la difusión de contenidos diseñados para manipular emociones, y los ciudadanos, sin herramientas adecuadas, pueden convertirse en víctimas de campañas engañosas. Si incluso medios de comunicación caen en la trampa, ¿cómo puede un elector promedio distinguir la verdad? En esta campaña electoral, el desafío es mayor. La desinformación no solo distorsiona la percepción de los candidatos, sino que socava la democracia misma. Antes de compartir o creer un dato, preguntémonos: ¿quién gana con esta información? Contrastar fuentes, buscar evidencias y evitar la reacción impulsiva son claves para ejercer un voto consciente. Faltan dos semanas de campaña.