El Inti Raymi es en sí mismo el símbolo de la gratitud de los pueblos andinos que ofrecen a la Paccha Mama (madre tierra), por entregar sus productos en la cosecha y esa gratitud se celebra con la presencia de música, júbilo, cantos y danza, desde el más niño hasta el más adulto. Pero que lamentable es, para quienes celebran a la vida, que se haga presente la muerte, en su forma más ruin y primitiva. El asesinato de una madre en Cotacachi, por defender a su hija ante un supuesto acosador, muestra nuevamente la violencia de una sociedad a la que no puede ganarle el miedo, mientras se haga justicia. Se debate si es femicidio o un asesinato. Pero mientras sea una vida perdida, no cabe ningún análisis.