El líder indígena Leonidas Iza, principal promotor de las protestas contra el Gobierno de Ecuador por el alto costo de la vida en el país, negó este viernes que su intención sea derrocar al presidente Guillermo Lasso, quien horas antes denunció un intento de golpe de Estado detrás de las movilizaciones.
Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), aseguró que mantendrán las protestas después de que las fuerzas de seguridad hayan desalojado la “asamblea popular” que el Gobierno había permitido instaurar en la Casa de la Cultura de Quito, como pedía el dirigente indígena.
La Policía volvió a tomar control del lugar al sentir el Gobierno que esa concesión no había llevado a que el movimiento indígena diese muestras de aceptar un proceso de diálogo con el Ejecutivo, algo que negó rotundamente Iza.
Según el líder indígena, las organizaciones convocantes a las movilizaciones estaban a punto de aceptar “un proceso de paz” cuando comenzó el desalojo de la Casa de la Cultura, en el centro de Quito, tras una larga jornada de disturbios y enfrentamientos entre manifestantes y policías en los alrededores.
“En lugar de recibir los resultados, hemos recibido un ataque absolutamente violento por parte de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional”, apuntó Iza.
“Aquí estamos realmente por necesidades, no por lo que usted ha acusado”, dijo el presidente de la Conaie en respuesta a la acusación realizada por Lasso, quien señaló a Iza como el promotor de un intento de golpe de Estado en su contra.
Las protestas comenzaron el 13 de junio convocadas principalmente por la Conaie, aunque luego también se adhirieron otras organizaciones de campesinos, así como sindicatos y federaciones de estudiantes.
Desde el movimiento indígena se exige el cumplimiento de un pliego de diez demandas, entre ellas que se reduzcan y congelen los precios de los combustibles, que se controlen los precios de los productos de primera necesidad, que no se privaticen empresas estatales y que no se amplíe la actividad petrolera y minera en la Amazonía.
Hasta el momento, la movilización deja un saldo de 5 fallecidos y no menos de 200 heridos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, así como más de 100 detenciones, según organizaciones de derechos humanos.