Quito, 17 oct (EFE).- La Justicia ecuatoriana condenó a seis años y ocho meses de prisión a Segundo Carlos Q., quien abusó sexualmente de una mujer de 35 años en el interior de un autobús de transporte público, que realizaba un recorrido en la zona urbana de la sureña ciudad de Cuenca, informó este martes la Fiscalía General del Estado.
El Caso- abuso sexual
El Ministerio Público demostró la culpabilidad del acusado ante los jueces de un Tribunal de Garantías Penales de la provincia del Azuay, que, además, sentenció al agresor al pago de un monto económico para la víctima, como reparación integral.
El fiscal de la Unidad Especializada en Violencia de Género 2 de Cuenca expuso que el hecho ocurrió a la noche del 5 de septiembre de 2022, cuando la mujer abordó el autobús en el sector del Mercado 9 de Octubre, para trasladarse a su domicilio, situado en Mayancela.
“Detrás de ella se subió Segundo Carlos Q., quien durante el trayecto realizó movimientos de naturaleza sexual y tocó -en varias ocasiones- a la víctima. En su afán de defenderse, la víctima le propinó un golpe al agresor, pidió auxilio al chófer y le dijo que no lo deje salir del bus”, indicó un escrito de la Fiscalía.
Panorama
El hecho fue reportado al servicio integrado de emergencias ECU 911 y a agentes de la Policía llegaron hasta Mayancela, donde se detuvo la marcha del autobús y fue capturado el agresor.
La responsabilidad del acusado fue demostrada con los testimonios de la víctima, del conductor del autobús, así como de los policías que acudieron al llamado de auxilio y que realizaron el reconocimiento del lugar de los hechos.
Además, de los relatos de los peritos que elaboraron las valoraciones de entorno social y psicológica.
El código penal ecuatoriano tipifica al delito de abuso sexual como un acto de naturaleza sexual, sin que exista penetración o acceso carnal.
Cuando la víctima es mayor de 14 años es sancionado con privación de libertad de tres a cinco años. En este acaso se aplicaron circunstancias agravantes de la infracción, explicó la Fiscalía. EFE