Estudios han demostrado que mascotas como perros, gatos, caballos y hasta conejos pueden ayudar a la salud física y emocional de personas de todas las edades. La interacción con animales puede reducir el estrés, aliviar la depresión y estimular la recuperación en pacientes con enfermedades físicas.
La ciencia detrás de la terapia con animales
Las terapias asistidas con animales se basan en la interacción entre personas y animales para generar beneficios específicos. Los animales proporcionan un tipo de conexión emocional que es difícil de replicar con métodos tradicionales.
Al interactuar con una mascota, el cuerpo humano libera endorfinas y oxitocina, hormonas responsables de generar sensación de bienestar y reducir el estrés. Estas terapias están recomendadas para personas que sufren ansiedad, depresión, trastornos de estrés postraumático, autismo, y también para aquellos en recuperación de enfermedades físicas.
La presencia de un animal en estas terapias, facilita el proceso de sanación emocional, porque ellos no juzgan ni presionan, sino que ofrecen una presencia que, para muchas personas, se convierte en una fuente de seguridad y calma.
Beneficios de las terapias
Al acariciar o interactuar con un animal, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuyen considerablemente, permitiendo que la persona se sienta más tranquila y relajada.
En el caso de niños con autismo o personas con dificultades de socialización, la presencia de un animal facilita la comunicación y les brinda la oportunidad de practicar la empatía.
En personas que están en rehabilitación física, especialmente tras cirugías o accidentes, el cuidado de una mascota motiva al paciente a moverse y realizar ejercicio, incluso si es solo para dar paseo.