Un municipio sin dinero y un pueblo sin democracia

En Ecuador, la relación financiera entre el gobierno central y los gobiernos locales ha sido, históricamente, un tema de tensión y controversia. La deuda del Estado con los GAD no es solo una cifra en un balance; representa la diferencia entre la prosperidad y el estancamiento de las comunidades. Esta situación no solo limita la capacidad de los municipios y prefecturas para cumplir con sus funciones básicas, sino que también pone en riesgo el desarrollo sostenible de cada zona. El impacto de esta deuda también se siente en la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Cuando los gobiernos locales no pueden cumplir con sus promesas debido a la falta de fondos, la credibilidad de todo el sistema democrático se ve afectada. Los ciudadanos se sienten desamparados y desilusionados, lo que puede traducirse en una menor participación en los procesos democráticos. Urge que el Estado cumpla con lo que corresponde por ley.