El proceso judicial en contra de Erick Alejandro C., detenido por la desaparición involuntaria, con muerte de Jordan León Maji, fue desechado esta última semana. Una jueza de la Unidad Penal de Imbabura determinó la inimputabilidad o incapacidad del joven de 21 años, debido a que sufre esquizofrenia psicótica. Se trata de una enfermedad mental grave, que no le hace responsable de sus actos. Así lo determinaron peritos que le practicaron análisis en las áreas psiquiátrica, psicológica y del entorno social. De acuerdo a los especialistas, la enfermedad mental se manifestó en Erick a los 14 años y se habría agravado hace un año. Con ese antecedente, la Fiscalía se abstuvo de presentar una acusación.
Muerte de Jordan causó conmoción
Jordan León desapareció el 2 de abril pasado, luego de salir con un grupo de amigos. El hallazgo de su cuerpo sin vida causó conmoción social, por la violencia que reflejan las huellas encontradas. Su brazo izquierdo fue cercenado y tirado en un contenedor de basura, en el sector de El Olivo. Cuatro días después, agentes de la Policía Nacional encontraron el cadáver, al interior de la vivienda de Erick, en medio de un charco de sangre. Estaba casi degollado y con múltiples heridas de arma cortopunzante y de golpes propinados con un martillo.
La sentencia genera polémica
La decisión judicial, sin embargo, causó malestar entre los familiares y amigos de Jordan. La víctima tenía 21 años y era oriundo del Carchi, pero vivía en Ibarra, porque cursaba estudios universitarios.
El viernes 25 de octubre, cuando inició la audiencia para determinar la inimputabilidad o no del agresor, personas cercanas a Jordan realizaron un plantón frente a la Unidad Penal de Imbabura. La madre del fallecido lloraba desconsolada y no podía hablar. Johanna Maji, prima de la víctima, aseguró que no están de acuerdo con la decisión judicial. Y, anunció que el abogado de la familia León Maji presentará una apelación los próximos días.
La decisión judicial determinó que Erick C. podrá ser excarcelado. Sin embargo, deberá permanecer internado en el hospital psiquiátrico San Juan de Dios, de Quito. Esta institución, entre tanto, deberá presentar cada semestre a la Judicatura información sobre el estado mental del procesado.
