Después de un año de dedicación y compromiso, Nathaly Loza, la reina de Ibarra, concluye su reinado. Está a menos de 24 horas para que entregue la corona y la nostalgia la empieza a invadir. Un sentimiento de satisfacción por las acciones realizadas durante su reinado, la dan la tranquilidad que hizo buen las cosas.
A pesar de los desafíos y la falta de apoyo, su gestión estuvo marcada por un profundo sentido social que deja una huella imborrable en la comunidad.
“Logré cumplir el sueño que tuve toda mi vida. Ese sueño que tuve desde los cuatro años de edad, está a punto de terminarse”, dice con la naturalidad del caso.
Línea de tiempo
Desde el inicio de su reinado, Nathaly se propuso llevar a cabo, su gestión, con un propósito claro: hacer una diferencia en la vida de los habitantes de Ibarra.
Durante los últimos 365 días, cumplió con creces esta misión, enfocándose en áreas sociales y de ayuda a los grupos vulnerables. Brindar apoyo a los menores, adultos mayores y madres cabeza de hogar, fueron entre otras las acciones ejecutadas durante su gestión.
La Reina de Ibarra no solo ofreció su ayuda, sino que también organizó eventos y actividades que promovieron la inclusión y el bienestar de aquellos que más lo necesitaban.
Sus esfuerzos se tradujeron en sonrisas en los rostros de los niños, el apoyo necesario para los adultos mayores y un respaldo invaluable para las madres solteras. Esas acciones serán las que le acompañaran a Nathaly por el resto de su vida.