Los ríos y mares de la provincia de Esmeraldas se mancharon de “negro” luego del derrame de 25 116 barriles de petróleo que desató una de las mayores catástrofes ambientales en el Ecuador, respecto a las últimas décadas.
Afectaciones
Al menos 500 000 personas son las afectadas por este hecho, pues no tienen la accesibilidad a agua potable. Y, aunque Petroecuador continúa con los trabajos de limpieza en los espacios afectados, muchos lugares están “acabados”, Vicko Villacís, alcalde de la capital provincial homónima, dijo en sus redes sociales que se están provocando “daños ecológicos sin precedentes”.
Fue el 13 de febrero, cuando se advirtió de una ruptura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), en el cantón Quinindé, y, desde ese entonces, han pasado 13 días, y el crudo contaminó el río Esmeraldas, del que los cantones Río Verde, Atacames y Esmeraldas se abastecían de agua para potabilizarla.
Acciones al respecto
Con el objetivo de suministrar el líquido vital a las personas que habitan en los sectores afectados, el Gobierno Nacional, ha establecido un sistema de bombeo que permite abstraer el agua desde las áreas de mayor profundidad de los ríos.
Asimismo, entre un trabajo colaborativo entre la Cruz Roja Ecuatoriana, Armada del Ecuador, y con Termoesmeraldas se ha logrado distribuir 4 227 52 litros de agua a las personas.
Asimismo, se ha coordinado la limpieza de la flora, orillas de los ríos, entre otros; sin embargo, la magnitud del evento, demuestra el efecto irreparable del medio ambiente y de la salud de las personas.
La magnitud
La red SOTE cubre una distancia de 497 kilómetros del país desde los campos de la Amazonía ecuatoriana, hasta el terminal de Balao en Esmeraldas.
Además de esta rotura, que continúa en investigación, SOTE ha presentado seis incidentes más. La primera fue en 1972 y el hecho se produjo por un incendio y tubería perforada, que también dejó graves estragos.
