lunes, 14 octubre 2024
lunes, 14 octubre 2024

Primera gran sorpresa, Arabia derrota 2-1 a la Argentina

.

Una de las tardes tristes de los tiempos recientes del fútbol argentino acompañó el estreno de la albiceleste en Qatar 2022, sonrojada por Arabia Saudi para complicar el panorama mundialista de la selección de Lionel Scaloni que suspira con pasión por levantar por tercera vez la copa de Campeón.

La última oportunidad de Leo Messi por salir con el trofeo mundialista bajo el brazo se oscurece. Lusail será un lugar de pesadilla para el argentino que en cinco minutos, los que tardó Arabia en remontar, se despojó de toda la ilusión con la que desembarcó en Doha.

No es un revés definitivo pero sí complica el trazado y reduce notablemente el margen de error del campeón del mundo en 1978 y 1986, que no puede fallar ni contra México ni frente a Polonia, sus próximos adversarios.

En el partido salió desbocado el once de Scaloni que intimidó a Arabia Saudí un equipo menor, resignado al pricncipio, que se despojó de la tensión en cuanto se vio con el marcador en contra, a los diez minutos, por un penalti insospechado que detectó el VAR. Un agarrón de Saud Abdulhamid sobre Leandro Paredes que había pasado desapercibido.

Lo transformó Messi que había tenido una ocasión muy clara al minuto de juego. Desde dentro del área pequeña, un tiro que resolvió con una buena mano el meta Mohammed Khali Al-Owais.

Se desperezó Arabia en su sexta presencia mundialista, la segunda seguida. Se estiró un poco, enredó a la zaga sudamericana pero se desinflaba en los metros finales, donde carecía de soluciones. Mantuvo el tipo porque enmarañó el ataque argentino, una y otra vez, ahogado en el fuera de juego que el equipo de Herve Renard tenía bien trabajado.

En ocho minutos llevó a la red tres balones. Uno de Messi y dos de Lautaro Martínez; ilegales y detectados por el VAR que no contaron.

Pero después se agitó todo. El encuentro entró en ebullición. Arabia no había dado síntomas de peligro pero los dio después, en un abrir y cerrar de ojos. Primero, en un buen centro de Firas Al Buraikan sobre Saleh Al Shehri que superó a Romero y cruzó la pelota lejos de Emiliano Martínez. Seis minutos después, en un golazo de Salem Al Dawsrai, que en el pico del área dejó en evidencia a cuatro defensas y se inventó un tiro a la escuadra que alcanzó la red.

El giro de guión llevó a Scaloni a tomar medidas. Al campo Enzo Fernández, Julián Álvarez y Lisandro Martínez. Volcó descaradamente el campo. No era para menos. Arabia estaba donde quería. Pudo empatar Tagliafico en el 63 pero Al-Owais hizo otra gran parada.

Se convirtió en un muro el portero árabe que desbarató cualquier intento de Argentina que buscó con insistencia a Ángel Di María pero sus centros, con su marcador rebasado, no encontraban un destino correcto para evitar el fracaso.

No tenía un comienzo tan malo Argentina en un mundial desde que perdió con camerún en Italia 1990. Seis victorias y una sola derrota alentaban la puesta en escena de la albiceleste que afrontó su llegada a Doha plagado de esperanza. Un momento por el que han aguardado cuatro años. El último baile de Messi.

.